Perspectiva de Marina
Canción: Gangsta, Kehlani.
Camino de un lado para el otro a otro mordiéndome las uñas, me siento sumamente nerviosa. Me han trasladado a Portugal junto a Hanna, mientras Egan y su equipo se dirigen a Alcander para acabar con Martín. El plan ya está en marcha y tengo un nudo en el estómago, estoy por vomitar. Solo espero que todo salga tal cuál se planeó y nada falle.
—Marina, ¿quieres algo más?
—No, con eso estoy bien—digo hacia Hanna.
Nos hemos detenido en una bencinera. Uno de los neumáticos del primer coche se ha pinchado y estamos aprovechando para comprar algo de comida. Llevamos varias horas en la carretera y en serio necesitábamos parar para ir al baño y comprar comida.
—Hey, no estés tan nerviosa. —Hanna frota mis brazos—. Mira a todas las personas que tienes cuidándote. —Señala a los hombres uniformado a través del vidrio de la tienda—. Estás segura, además yo estoy contigo.
Le sonrío queriendo gritar.
«¡Precisamente es eso lo que me tiene de los nervios!»
Egan realmente ha exagerado, ha enviado a un total de veinte de sus hombres solo a protegerme y al cruzar la frontera, se nos han unido otros diez. Este exceso solo complica más las cosas y yo solo ruego que ninguno resulte herido.
«Por favor, que esto salga bien»
De la nada los veo comenzar a moverse frenéticos y Clark entra en la tienda. Me saca junto a Hanna diciendo que debemos partir cuanto antes.
—Espera, aún no hemos pagado—replico intentando frenar mis pasos.
Paul se me acerca con una expresión de molestia que nunca le había visto. Me jala del brazo con demasiada fuerza, apresurándome.
—Espera Paul, no entiendo. Me estás jalando, no pudo ir tan rápido. ¿Qué sucede?
—¡Deprisa! ¡No hay tiempo, debemos irnos! Tenemos que llegar a la casa de seguridad n°5.
En solo dos segundos colocan el neumático de repuesto.
—Quiero a las chicas juntas en un auto—ordena Paul.
Me voy a subir en el tercer coche junto a Hanna, pero Paul la detiene y le entrega un teléfono.
—Hanna.
Escucho claramente a voz de Hiroki al otro lado de la línea. Lo han puesto en altavoz.
—Tú no irás con ellos. Te irás con Joshua a la casa de seguridad n°2.
—¿Qué? ¿Por qué? Yo no voy a separarme de Marina. —Hanna me mira asustada. Ella ya sabe que algo está mal.
Cierro mis ojos y agradezco que Hiroki quiera apartarla de mi lado. Así estará más segura.
—Hanna, te necesito en la casa de seguridad n°2. Solo haz lo que te digo. —Se vuelve a escuchar su voz. Hay ansiedad en esta.
—No. Yo iré donde ella vaya. Marina es mi responsabilidad y yo la protegeré.
—Haz lo que te digo. ¡Soy tu puto jefe!
—No—niega con su cabeza.
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El Demonio que Deseo
RomanceSegunda Parte "El Demonio que Odio" ¿Qué será más fuerte, el odio por el fuerte dolor de la traición o la llama del deseo ? Marina ha recuperado su libertad, o eso es lo que parece, porque las garras del demonio aun están en su piel. Él se lo dijo...