Capítulo 38

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Perspectiva de Marina

Canción: Te Regalo, Carla Morrison.


Viajo junto a Martín hacia Rusia. Finjo dormir durante todo el vuelo, no soporto ver ni escuchar a este hombre. Martín no comparte mucha información conmigo, pero entiendo que se celebrará una reunión muy importante y el maldito usará esta oportunidad para vencer a Egan en frente de todos, tal cual predijo Darius.

—¿No vas a comer?

Hemos llegado a Moscú y nos hemos instalado en una enorme mansión, atiborrada de hombres armados hasta los dientes. Ahora estoy sentada a la mesa junto a este monstruo.

—Claro—digo tomando el tenedor y llevándome un bocado a la boca.

Dos de sus hombres se mantiene de pie custodiando las puertas del comedor.

—Te estuve esperando para enseñarte la casa. Quería pasar tiempo contigo.

«Cómo si yo quisiera pasar tiempo contigo»

—Estaba agotada y necesitaba descansar.

La verdad es que he intentado reducir al mínimo el contacto con Martín. Me encerré en una de las habitaciones apenas llegamos.

—¿Y ya recuperaste tus energías?

Asiento con mi cabeza y sigo comiendo. Ni siquiera quiero hablarle.

—Bien, porque para lo que tengo planeado esta noche, te necesito con energías.

Trago la comida en mi garganta en completo silencio. No sé a qué se refiere con eso, pero de seguro que a nada bueno.

—Veo que te colocaste el vestido que ordené para ti. Te luce muy bien.

No lo estoy mirando de frente, pero puedo sentir como sus ojos me recorren. Estoy usando un vestido rojo demasiado revelador para mi gusto. Quizás si me acompañante fuera otra persona lo usaría sintiéndome sensual, pero para enfrentarme a Martín necesito de una gruesa armadura y este vestido no cumple precisamente con esa función.

—No estés nerviosa a mi lado—. Uno de sus dedos se desliza desde mi hombro hasta mi mano.

Sus palabras me arden. Solo quiero correr muy lejos y llorar como una pequeña niña asustada, pero batallo como una campeona.

—No lo estoy. Háblame de la reunión, ¿qué debo hacer? — pregunto cambiando el tema de conversación.

Vuelvo a llenar mi boca con comida. Necesito tragarme mi ira.

—Tú solo debes ser la distracción.

—¿Y cómo haré eso?

—Todos los años se reúnen todos, absolutamente todos los miembros de las mafias. Asisten tanto los altos mandos como los eslabones más insignificantes de la cadena. El evento está pensado como una instancia para socializar y para que el rey anuncie sus nuevas directrices. Siempre hay un tipo de espectáculo y este año la entretención estará a cargo de Ballet Ruso—. Una sonrisa se le dibuja en los labios—. Me enteré que tú también bailas y pensé, que mejor distracción que subirte a ese escenario.

Dejo de comer para mirarlo a los ojos.

—Será un gran impacto para Egan. No entenderá como llegaste allí y no podrá quitarte los ojos de encima. En ese momento, cuando este distraído, lo atacaré—dice con una leve carcajada.

El Demonio que DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora