Capítulo II

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Ruidos dañinos



"Cuando creí que lo había superado, volvió, no fue lo mismo, pero tuvo el mismo efecto"

Anónimo.




-Despierta -demandó namjoon al llegar a su cubículo, seokjin estaba aún en el suelo con lágrimas secas por todo el contorno de sus mejillas y pequeños charquitos de agua salada regadas por el piso.

Se incorporó de un salto claramente asustado, se sentó en el duro pavimento y pasó su mano por su rostro tratando de no verse tan demacrado, su respiración era dificultosa debido a que alteró su congestión al llorar tanto antes de inevitablemente caer dormido.

Miró al alfa, su puño derecho estaba bañado en sangre seca que era obvio que no era suya, los pantalones de su uniforme naranja estaban rasgados. Se atrevió a levantar más la mirada soltando un pequeño jadeo de sorpresa al ver su ojo izquierdo moreteado y teñido de un azul-violeta.

Namjoon le devolvió atentamente la mirada, viendo sus pequeños ojos avellana de manera fija sin poder evitar sentir cierta compasión al verlos tan hinchados y rojos. Su alfa se gruñó a si mismo por haberle hablado tan fuerte hace unas horas, y Namjon le gruñó a su alfa por estar sintiendo una culpa innecesaria.

El menor bajó la mirada, abrazando nuevamente sus piernas.
-¿Te quedarás en el piso todo el día? Levanta el culo -ordenó con ímpetu. Seokjin se apoyó sobre sus brazos y se levantó en seguida, las piernas le cosquilleaban adormecidas e incluso le temblaban un poco. Su estómago gruñó a falta de alimentos en prácticamente todo el día y la noche pasada, se removió incómodo.

Namjoon suspiró, sacó del bolsillo derecho de su uniforme un pedazo de pan -que había robado del comedor hace unos minutos-, y se lo tendió.

-Toma, es lo mejor que pude conseguir en esta pocilga -el menor lo tomó con las manos temblorosas y un poco sudadas, cuando el pequeño pedazo de pan estuvo en su dominio no dudó en llevárselo a la boca, su omega pegaba saltitos de alegría al notar que el alfa ya no estaba molesto, o al menos no tanto.
Casi se atraganta con el primer mordisco, tragó duro y limpió las pequeñas migajas de pan de su boca con el brazo. Se mordió el labio tratando de decidir si terminar tranquilamente su comida o tratar de averiguar qué pasaría ahora, aunque la vez pasada no terminó muy bien. Pero como siempre, su boca lo traiciona.

-¿Tú no comerás nada? -preguntó en un hilito de voz, Namjoon lo miró frunciendo las cejas, no de una manera molesta, sino más bien confusa, como si le sorprendiera el que hablara.

La expresión no le duró mucho tiempo.
-No -su voz sonaba dura, parece que era algo totalmente inevitable en él, Seokjin no pudo evitar pensar en cómo sonaría su voz si hablara suave o amable y no tan fría -. Lo que hay aquí es una vergüenza a la comida, comeré algo cuando salgamos.

Seokjin asintió y siguió comiendo su pan, pasó por su mente el tomar asiento en la cama de la celda, pero como siempre sus dudas crecieron y decidió mejor no hacer nada sin que se lo dijera. Así evitaría problemas.

Namjoon parece haber leído su pensamiento, se sentó en el borde de la cama y con un ademán de indicó al castaño que podía hacer lo mismo.  Seokjin aún un poco dudoso de acercó y se dejó caer a su lado.
El mayor soltó un gruñido de desaprobación que estremeció a Seokjin .

Namjoon palmeó su muslo derecho, el más pequeño le entendió la indirecta y se golpeó mentalmente. El que un omega tomé asiento al lado de un alfa de la magnitud del de Namjoon era considerado una falta de respeto en las mafias y organizaciones de alto poder. Un escalofrío le recorrió toda la espina dorsal al recordar el día que había aprendido esa lección.Solamente tenía tres años en aquel entonces.
-Aprenderás a las buenas o a las malas que tu lugar es a los pies de un alfa, niño.

Corazón de plomo ; NamJin [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora