Capítulo XIX

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Sentimientos

"El valor de un sentimiento se mide por la cantidad de sacrificio que estás preparado a hacer por él"

John Galoworthy.


La molestia en su cuerpo había desaparecido justo en el momento que sintió nuevamente a Namjoon cerca, el solo poder aspirar su aroma tranquilizaba de manera gigantesca a su omega interior. Aún abrazado a Namjoon soltó una risa tonta, sintiéndose tremendamente estúpido, sin embargo, no le importó. No lo veía, pero podía sentir como Namjoon sonreía.

-Mm... -ronroneó Namjoon al oído de su omega, posó sus grandes manos en los delgados muslos desnudos del menor, apretando ligeramente- Dime, ¿extrañaste a tu alfa, amor? -preguntó coqueto, alejándose solo lo suficiente para poder verlo a los ojos, su sonrisa se agrandó más al notar un pequeño, casi imprescindible sonrojo en las mejillas de Seokjin.

El menor asintió avergonzado, sintió que se iba a derretir en el momento en que las palabras de Namjoon chocaron en sus ondas auditivas, una extraña oleada de satisfacción lo invadió al tener a su alfa de vuelta.

-Sí -afirmó enredando los brazos en el cuello de Namjoon, oleteando sus espesas y largas pestañas-. ¿Dónde estabas? -se atrevió a preguntar para luego atrapar su labio inferior entre sus dientes, Namjoon alzó su mano para guiarla a los labios del menor, usando su pulgar para acariciar y jalar hacia abajo su labio antes mordisqueado.

-Trabajo -contestó quitándole interés-. Cobrando cuentas.

Al fin y al cabo, no estaba mintiendo del todo, su trabajo ahora era cuidar del pequeño cachorro que tenía entre sus brazos, protegerlo y vengarlo.

Seokjin asintió lentamente, su mirada rápidamente se encontró con una ligera mancha en el pómulo de su alfa, una mancha roja. No era estúpido, sabía que era sangre. Podría sonar tóxico, pero no le importó, no esperaba menos de un Kim. El mundo en el que les tocó vivir no era fácil, ya lo había aceptado, a veces no te pueden importar daños colaterales si necesitas protegerte a ti mismo, o a quienes te importan.

Llevó su mano al pómulo de Namjoon y quitó la mancha con su dedo, sin decir nada. No tenía que decir nada, lo entendía.

Namjoon se quedó estático en su lugar, tal vez aquello parecía un gesto común, pero era la primera vez que Seokjin lo acariciaba en alguna parte del cuerpo. Siempre era él, siempre era Namjoon el que buscaba tocar a su pequeño omega. Seokjin sin entender la situación solo alejó su mano, pero Namjoon se lo impidió tomándola para luego posarla en su mejilla de nuevo.

El silencio dominó por unos segundos más.

-Es tarde, necesitas descansar -habló Namjoon-. Vamos -lo tomó nuevamente de la cintura para bajarlo de la mesada, Seokjin no se opuso, solo seguía a su alfa, dócil.

Namjoon lo tomó de la cintura para comenzar a caminar rumbo a la habitación que compartían. Salieron de la cocina dónde varias miradas cayeron en ellos, alfas que residían temporalmente en la mansión Kim. Varias de las miradas estaban especialmente puestas en Seokjin, quien solo bajó a cabeza y se acercó más a su alfa. Odiaba aquellas miradas. Namjoon lo notó.

-¿Estás bien? -preguntó sin importarle las miradas ajenas, Seokjin asintió.

-Yo... -hizo un sonido gutural- Es solo que odio como me miran.

Namjoon sonrió.

-Bueno, eso se puede arreglar, amor.

-¿A qué te... -no pudo terminar la pregunta al ser interrumpido con la llegada de una chica omega, castaña de ojos verdes.

Corazón de plomo ; NamJin [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora