Corazón de plomo ; NamJin [Terminada]

Min

"Te amo tanto que malditamente duele, ¿sabes?"

"Lo sé, y te encanta que duela"

Yoongi llegó al 悪夢 después de mandar a Namjoon casi a patadas a su casa con su omega, él muy idiota no tenía ni la más mínima idea de toda la mierda que estaba sintiendo, sin embargo, Yoongi como buen espectador lo sabía.

Se estaba enamorando el muy cabrón.

Una sonrisa inconsciente se formó en las comisuras de sus labios.

No lo culpaba por haber caído en la telaraña maliciosa de aquel omega. Él ya tenía un omega por el cual ya había caído.

Se había declarado felizmente caído por aquel omega .

Oh, maldito seas Jung Hoseok que lograste arreglar las piezas de su propio rompecabezas.

Siempre había sido así; él se quebraba y hobi juntaba las piezas para luego arreglarlo.

Era su salvación. Y lo amaba por eso.
Dios, ya ni siquiera sentía un nudo en la garganta al decir esas palabras, podría gritarlo al mundo, aunque Namjoon se burle estruendosamente de su mariconada cursi.
Oh, y como iba él a gozar cuando finalmente Namjoon haya caído totalmente enamorado de su cachorro.

Se iba a burlar, se iba a reír y burlar mucho.

Sabía que no faltaba mucho para ver la caída de Namjoon por aquel cachorrito de ojos apacibles, era bueno con las predicciones.
Había apostado con un viejo amigo  que Taehyung caería jodidamente enamorado de ese maldito omega chillón y malcriado. Y había ganado la apuesta.

Lo llamaría luego para apostar sobre Namjoon...

No le vendrían mal un par de dólares más a su cuenta bancaria.

Pero por ahora no, estaba cansado y con mucho sueño, sus ojos pesaban y ya se estaba preparando mentalmente para los griteríos que iba a pegar su pendejo por haberlo dejado solo a media noche.

Namjoon se las iba a pagar.

Abrió el local con las llaves que cargaba en su bolsillo trasero, habían cerrado temprano. Además de que su omega quería descansar y con tanto escándalo obviamente no podría, y Yoongi cayó otra vez por los caprichos de su omega.

Ellos tenían una pequeña casa en el tercer piso del local, con dos habitaciones, una pequeña cocina y una sala común. En horas de trabajo nadie entraba allí. Era zona prohibida por lo cual no habían tenido problemas.