Corazón de plomo ; NamJin [Terminada]

Capítulo XXII

Realidad

"Ya es hora de despertar, cariño. Que los cuentos de hadas no existen"

Anónimo.

-Te ves preocupado -comentó Jimin mirando a su alfa. Posó sus pequeñas manos en los tensos hombros del más alto y comenzó a trazar círculos en su piel sobre la tela.

Taehyung llevó su mano hasta su hombro para tomar la de Jimin, su sonrisa era apagada.

-¿Estás bien? -insistió.

El Alfa asintió fingiendo despreocupación.

-Sí, no te preocupes, bebé. Ese es mi trabajo - se volteó para encarar a su omega, acarició suavemente su mano-. El tuyo es estar siempre ahí, después de un día de mierda, luciendo endemoniadamente hermoso como siempre y dejándome besar todo tu cuerpo.

Jimin se sonrojó violentamente y apartó su mirada. Taehyung dejó salir una tonta sonrisa, embobado, apreciando el hermoso contraste del sonrojo de su omega con su piel.

-¡Deja de ser tan cursi! -chilló con voz aguda, tapando su rostro con sus manos-. Me sonrojas, y odio que lo hagas.

Taehyung rió para luego apartar las manos de Jimin de su rostro y besarle la caliente mejilla.

-Te amo -le dijo sincero, casual. Para ellos aquellas dos palabras ya eran comunes, no necesitaban armar un escándalo para decirlas.

Jimin rodó los ojos.

-Yo también lo hago, grandote.

El de Alfa sonrió, sus ojos se posaron inconscientemente en el cuello del omega. Apartó su mirada rápidamente.

-¿Me dirás qué te pasa?
Taehyung suspiró.

-No es nada de qué preocuparse, bebé. Solo yo, siendo paranoico como siempre.

Jimin se cruzó de brazos y se sentó en la cama matrimonial de la habitación, palmeando el colchón a su lado, indicándole a Taehyung que se sentara. Este lo hizo, rodando los ojos.

-Dime.

-No es na...

-Si no me dices qué mierda te pasa despídete de mi perfecto culo por un mes, Kim -sentenció, terco.

Taehyung abrió los ojos, sorprendido. Abrió la boca para replicar, sin embargo, antes de que saliera una palabra, prefirió callar.

-Oh, sí. Yo tengo el poder -alardeó entrecerrando los ojos y cruzándose de brazos.

Maldito insolente.

El alfa se acomodó mejor en su lugar y bufó, talló su rostro con sus manos y se volteó a mirar a Jimin.

-Es solo... El negocio no está bien, Jimin.

El más pequeño lo miró atento, cambiando un poco su semblante.

-Se está viniendo abajo -confesó con preocupación en su voz-. Y a Namjoon parece importarle una mierda todo lo que no involucre a Seokjin.