Capitulo XXXVI

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Tiempo oro

"1, 2, 3, tic, tac y estás muerto"

Anónimo.


-Lo preguntaré una vez más, ¿cómo mierda fue que llegaste aquí?

Gyumin negó con sus ojitos llorosos y perlados gracias a sus lágrimas. Su pequeña mano estaba posada sobre su roja mejilla.

El niño mordió su lengua para evitar que un sollozo saliera de sus labios, aspirando fuerte con su nariz, miró directamente a Seung a los ojos para luego negar más firme.

Otra bofetada lo impactó.

-Mierda, jodida mierda... -se escuchaban las maldiciones de Seung, Gyumin yacía en el suelo debido al fuerte impacto del golpe.

Su pequeño cuerpo comenzó a temblar ligeramente. Seung comenzó a caminar por toda la habitación -la cual compartía con Namjoon -, su cabeza maquinaba demasiado, tanto que el estaba produciendo un jodido dolor de cabeza.

¿Cuándo perdió todo el control sobre lo que pasaba?

Su cuerpo se llenó de una inmensa rabia, cerrando sus ojos, suspiró pesadamente para luego centrarse en su objetivo.

Trotó por la habitación hasta llegar a un gran espejo de cuerpo, sus bordes eran dorados con detalles rojos, justo como si hubiera sido hecho para contrastar con el resto de la habitación de Namjoon.

Llevó sus manos al borde y lo corrió de la pared, para luego ingresar su mano izquierda en un pequeño cajón incrustado en la pared. La caja era elegante, como un cofre del tesoro increíblemente pequeño. Un tesoro que había escondido allí hace tres meses.

Del cofre, sacó aquel artefacto tan buscado por los grandes carteles y mafias del mundo; el anillo de las tres cabezas de poder. Lo miró con sorna y burla al mantenerlo sobre la palma de su mano. Tal vez Seokjin pueda tener el testamento de su difunta madre, que en paz descanse -cabe destacar el burloso e irónico pensamiento-, pero no podría hacer ni probar nada sin aquel anillo.

Aquel que hermosamente reposaba en su piel.

-Tío Jin te lo quitará, él es un súper héroe -resonó la voz de su bastardo-, los héroes siempre ganan.

Seung rió con fuerza.

-Eso es porque nunca cuentan toda la historia.


    ⚮•⚮•⚮


-¿Crees que esté bien? Joder... Me siento tan inútil.

Jungkook se quejó sobre su silla de ruedas, moviendo nerviosamente sus dedos y con la mirada perdida en un punto fijo.

Jimin, quien se encontraba frente a él, mordió su labio con fuerza y se mantuvo en silencio. No podían hacer nada, debían mantenerse al margen. No podían solo gritar por toda la mansión que el hermano gemelo malvado de Seokjin no era en realidad Seokji.

Y cualquiera de los alfas presentes, los asesinarían en un parpadeo al ver que pondrían una sola mano encima del omega de Kim Namjoon .

-El niño es fuerte..., sí, estará bien... -trataba de convencerse Jungkook más a sí mismo que a nadie. Sus balbuceos ni siquiera fueron oídos por Jimkn, quien solamente mantenía su ceño fruncido y miraba baja.

Hace unas pocas horas habían llegado, Taehyung y Eunwoo tuvieron que salir a trabajar a quién sabe dónde. Y ellos no pudieron decirles que literalmente los estaban dejando con un maldito asesino en la casa en vez de dejarlos a salvo en su hogar.

Corazón de plomo ; NamJin [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora