Corazón de plomo ; NamJin [Terminada]

Capítulo VI

Treshja

"El miedo generalmente se manifiesta de dos maneras; a través de la agresividad o a través de la sumisión"

Paulo Coelho.

-¡Oh! Casi lo olvido... -mencionó el rubio de ojos celestes sacando una pequeña bolsita de plástico blanca de su bolsillo trasero de su pantalón-, ten. Una al día.

Seokjin frunció el ceño, tomó la pequeña bolsa y le quitó la cinta adhesiva que la envolvía, su corazón dio un vuelco involuntario al ver su contenido.

Supresores.

-Son para los embarazos, no quitarán tu olor, Namjoon los pidió de esa forma -informó Jimin .

Seokjin asintió lentamente, mirando con demasiado énfasis las pastillas blancas encapsuladas que posaban en su palma, pudo sentir como su estómago se revolvía y la bilis amenazaba con subir.

-B-bien -tartamudeó. Jimin ladeó la cabeza a un lado confuso ante el repentino cambio de actitud del contrario.

-¿Estás bien?

-Sí. Es solo que mi estómago no se lleva bien con las pastillas, nada de qué preocuparse -se justificó con una sonrisa, Jimin no insistió más.

El castaño se fue después de eso, con la excusa de que él también tenía que prepararse para asistir a la junta, Seokjin no lo detuvo, solo pronunció un seco; nos vemos cuando Jimin cerró la puerta tras de él. Quedó solo, sumido en sus propios pensamientos, escuchando su propia respiración.

Apretó con sorna los medicamentos en su mano y cerró los ojos durante un momento. Pensando.

¿Cómo demonios habían llegado ahí?

¿Cuándo le comenzó a importar más no hacer enojar a un alfa antes que su propio orgullo?

Una respuesta. Una simple fecha que quedó tatuada en su memoria, torturándolo día a día. Sin descanso, ¿podría alguna vez descansar verdaderamente? La respuesta sin duda era un simple; no.

Abrió los ojos y se abofeteó mentalmente por andar recordando. Los recuerdos no eran buenos, nunca lo fueron. Solo traían dolor y desesperación, desesperanza y agonía. Y no, ya estaba harto de esos sentimientos. Ya no quería sentir, sin embargo, lo hacía.

Se encaminó al lavamanos del baño y abrió el grifo dejando correr aquel líquido transparente, miró una vez más los supresores antes de echarse uno a la boca y tragarlo con ayuda del agua. Pudo sentir como la droga lo aliviaba un poco.

Apoyó las manos a los costados de la cerámica y alzó la mirada encontrándose con su reflejo gracias a aquel pedazo de cristal que adornaba la pared. Lo miró, estaba bien.
Por fuera estaba perfectamente, incluso se veía bonito, pero por dentro estaba seguro de que no era ni la mitad de lo que por fuera mostraba.

Un azote a la puerta lo sobresaltó, quedó en su lugar esperando que alguien apareciera de pronto en el mismo espejo ya que daba al marco de la puerta del baño la cual está conectada a la habitación, y así se hizo.

Namjoon llegó al lugar y se recostó en el marco, con los brazos cruzados admirando -por detrás- el atuendo del menor.

Una curvatura se asomó por las comisuras de sus labios, casi formando una sonrisa torcida que salió más como una mueca. Se aclaró la garganta apartando un poco la mirada.

-Es hora -informó en un suspiro cansado-. Ven aquí, quiero verte.

Seokjin no lo pensó mucho antes de darse la vuelta y caminar hasta el alfa, sobando su antebrazo y bajando la cabeza como de costumbre, la primera como un tic de su nerviosismo y la segunda como un acto de sumisión que a estas alturas de su vida era un acto de reflejo.