Capítulo IX

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Azul

"La cara es el espejo del alma, y los ojos sus intérpretes"

Cicerón.





-¿Puedes tranquilizarte? ¿Por favor? -bufó Taehyung mirando como Namjoon daba mil vueltas por todo su despacho, apretando los puños y respirando agitadamente-. Namjoon, ¡basta! -gritó haciendo ademanes con las manos de exageración e inquietud. Namjoon paró de caminar en círculos y lo volteó a ver, Taehyung tenía los ojos agrandados, extasiados. Su iris se miraban más claros por la iluminación.

Su despacho era grande, como otra habitación, pero también una oficina. Ahí trataba negocios y de vez en cuando llevaba omegas de una noche, ya que odiaba llevar prostitutas a su habitación. También se embriagaba cuando estaba estresado o más furioso de lo normal.

Era rústico, al igual que el resto de la casa, las paredes de madera de pino y alfombras de la piel de algún animal, tenía dos sofás-camas, un armario para ropa y otro donde guardaba botellas de distintos licores. También un enorme escritorio de madera negra que estaba forrado de papeles por encima; era sin duda lo que más resaltaba.

-No te pongas así, la reunión no salió tan mal como lo había apostado con Chs -comentó Taehyung con una sonrisa burlona, Namjoon rodó los ojos.

-No se trata de la estúpida reunión -aclaró molesto, dando un golpe al escritorio, provocando que algunos papeles que posaban en el cayeran al suelo y lápices y lapiceros se levantaran por el impacto.

Taehyung se acarició las sienes y suspiró.

-¿Entonces? Tengo mejores cosas que hacer que estarte viendo dando vueltas y gruñendo.

Namjoon cerró los ojos por un momento y respiró profundo, después de lo sucedido había dejado a Seokjin en su habitación y le había ordenado -de manera grotesca-, que no saliera de la habitación. Estaba molesto con sigo mismo, había permitido que su lado animal tomara el control, no recordaba mucho además de haber echado a Eoduun, solo unos destellos azules que le estaban carcomiendo los pensamientos.

No, no.

En esos momentos no le importaba mucho el haber dejado tener tanta cercanía con el omega.

No.

Pero ese azul, de verdad le daba mucho que pensar.

No era muy común que los omegas mostraran el color de sus ojos, normalmente son los alfas los que muestran su color rojo para asustar. Pero con los omegas no era necesario ya que prácticamente nunca se involucraban en peleas o enfrentamientos, ya que tenían un alfa para hacer ese trabajo. Los omegas eran delicados y pacíficos, no rabiosos y busca pleitos a diferencia de los alfas.

Namjoon muy pocas veces en su vida había visto el color de ojos de un omega, pero sabía una cosa; eran ámbar. Un ámbar cálido que simbolizaba pureza y transmitía tranquilidad. El azul por otro lado, es otra historia.

Un omega con los ojos azules era repudiado por los alfas y la mayoría de la sociedad.

El azul no era cálido como el ámbar. El azul era frío y vacío.

El azul solo implicaba una cosa; el omega había perdido una parte de sí, había sido arrebatado de una parte importante de su inocencia y pureza. Su alma había sido manchada con sangre ajena.

Recordó vagamente que una vez su madre le contó la típica frase de; los ojos son la ventana del alma. Y, definitivamente la de Seokjin era un abismo desierto y muerto.

Corazón de plomo ; NamJin [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora