Capitulo IX

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• ~ CAPÍTULO 9 ~ •

Domingo 15, Noviembre

  ―Liam ―Louis susurró, muy suave―. Liaaam ―repitió, en un ligero canto―. Liam ―susurró, una vez más.

  ―Mmh ―Liam se quejó, ojos cerrados, cuerpo extendido sobre su colchón, todavía navegando entre sus sueños y la realidad.

  ―Voy a entrar en celo.

Nunca nadie en la historia de la humanidad había saltado fuera de la cama tan rápido como Liam en este mismo segundo. Seguro de haber roto la barrera del sonido, llegó en tiempo récord a la esquina entre su closet y su cómoda, mareado al salir tan abruptamente de sus relajantes sueños, que ahora solo eran un recuerdo.

  ―¡¿Qué?! ―balbuceó, con su voz rasposa recién amanecida, estómago en sus pies y pulmones en su garganta.

Louis, todavía sentado en el mismo lugar sobre el colchón, piernas cruzadas, luciendo inocente y despeinado, llevó sus manos sobre su boca al no premeditar lo que sus palabras iban a causar en su mejor amigo.

  ―Lo siento ―le dijo, con ojos imposiblemente azules a la luz del sol recién nacido entrando por la ventana―. Quise decir, estoy 'próximo' a entrar en celo.

Y Liam sintió ganas de cometer asesinato justo ahora ―Dios, Louis ―llevó sus manos a su rostro, frotándose los ojos, intentando regresar su color derretido en el piso de vuelta a su piel―. ¿No podías esperar hasta después de que me despertara para decírmelo? ―bajó sus brazos, apoyándose en su cómoda, recuperando el aliento.

  ―Me dijiste que te avisara en cuanto recibiera mi primera alarma. Mira ―Louis elevó el celular en su mano, mostrándole la pantalla encendida en su calendario electrónico para mantenerse al tanto de su ciclo. Un recordatorio acababa de aparecer, avisándole que estaba en los días justos para comenzar a prepararse―. La fecha para iniciar es el próximo sábado.

  ―Próximo sábado ―Liam repitió, deslizándose por la pared hasta sentarse en el piso―. Decidiste causarme un infarto a las... ―miró su reloj sobre la mesa de noche―, ocho de la mañana, cuando aún faltan seis días, pudiéndome decir en cualquier otro momento.

  ―¡Me dijiste que te dijera de inmediato! ―Louis se defendió, cruzándose de brazos―. Tan solo estoy siendo un buen y precavido amigo.

  ―Dios mío ―Liam llevó una mano sobre su pecho, todavía recuperándose.

  ―Voy a ducharme ―Louis decidió tranquilamente―. ¿Qué vas a cocinar para desayunar? ―le preguntó, deslizándose en la cama para bajar.

  ―No sé, ¿Pero puedes revisar al pie de la cama? ―Liam le dijo y Louis frunció el ceño, confundido―, creo que mi corazón está en el piso por algún lugar ahí.

Todos sus órganos en su lugar otra vez, Liam se sentó en el sillón para continuar estudiando para sus últimos exámenes de la siguiente semana.

Louis terminó de lavar los trastes y volvió a su habitación para llamar por teléfono a su Doctor y hacer una cita en los próximos días para una revisión rutinaria, como le gustaba siempre antes de comenzar un celo. También necesitaba un nuevo set de sus píldoras anticonceptivas porque se le estaban terminando.

Más tarde, regresando con una gran canasta de la lavandería del edificio, Louis acomodó toda su ropa limpia en sus cajones y salió a la sala de estar, en donde Liam practicaba con su teclado mientras escribía en una hoja de papel.

El Omega se recostó en el sillón y miró los dedos del Alfa deslizándose por las teclas, dejándose relajar por el sonido y el bolígrafo deslizándose en el papel, pronto quedándose dormido. Se despertó hasta que su estómago hizo maniobras dentro, haciéndole saber que necesitaba comer.

Forever And a DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora