Capítulo XXVIII

87 7 1
                                    

• ~ CAPÍTULO 28 ~ •


Lunes 01, Febrero

Tan silencioso, ni un solo ruido alrededor, una paz con la que no estaba acostumbrado.

Afuera de su propia habitación siempre se escuchaban pasos, voces, pláticas o risas en el primer piso, personas peleando por cualquier cosa; y, obviamente, su mejor amigo con sus suaves ronquidos, o cantando, hablando por teléfono o cualquier otra cosa. Harry definitivamente no estaba acostumbrado a despertar con tanta tranquilidad rodeándolo.

Y mucho menos, no estaba acostumbrado a abrir sus ojos y recibir como primera visión del día al más guapo chico dormido contra su cuerpo. Pero definitivamente podría acostumbrarse.

Muy tenues y apenas despertando rayos del perezoso sol se deslizaban dentro por la ventana, creando juegos de sombras al interior de la habitación.

Un destello particular de luz caía suavemente sobre el torso descubierto del cuerpo más pequeño, creando tal ilusión que la recién amanecida mente confundida de Harry pensó estar mirando un verdadero ángel a su lado; al recién parpadear sus ojos abiertos cuando su consciente decidió era tiempo de activarse.

Y Harry estaba feliz de que eso pasara, de ser el primero en despertar esta vez, apreciando así a Louis, acurrucado a su costado, su bello rostro pacífico, respirando suavemente contra sus costillas.

Una suave cobija los cubría de la cadera hacia abajo, por lo que Harry podía mirar la desnuda piel brillar bajo la mañanera luz del nuevo día. Notando así detalles que no observó la noche anterior.

Como los leves moretones recubriendo el cuerpo del chico ojiazul. Harry sabía que eran por sus juegos y prácticas de fútbol, pero no pudo evitar la sensación Alfa (bastante nueva) que giró su estómago, deseando protegerlo de cualquier mal en este mundo, escudarlo y tenerlo todo el tiempo bajo sus cariños.

Muy lentamente, Harry giró de lado para poder quedar de frente al bellamente dormido Louis y, cuidadosamente, rozó con la punta de su dedo medio el moretón en el hombro del chico y los dos en su antebrazo. Miró un par en su pecho, estómago, costillas, en donde Harry nuevamente deslizó, apenas tocando, la yema de su índice por el costado de Louis, delineando la curva de su cintura hasta el inicio de su cadera, y suspiró mirando sus abdominales. Recordó aquellos terribles hematomas que lo recubrían cuando Harry lo miró dentro de su carro de vuelta en diciembre, deseando con todo su ser poder tocar, besar, curar.

Y para Louis no habían sido nada, su deseo por salir adelante más fuerte que las marcas en su piel y dolor en su cuerpo. Un Alfa, Beta, son naturalmente más fuertes y tienen más resistencia que un Omega, y aquí está Louis, a una llamada de cumplir sus sueños, probando a todos lo equivocados que están.

Él es fuerte, autosuficiente, rebelde, no le importa lo que la sociedad diga que alguien puede o no puede hacer. Si él quiere algo, lo consigue. ¿Qué fue lo que hice para ser tan afortunado? Harry pensó, muy cuidadosamente cepillando con sus dedos el cabello fuera de la frente del chico, admirando sus largas pestañas besando sus mejillas. Su pequeña nariz, labios ligeramente separados, la paz en sus facciones. Harry nunca imaginó que sería testigo de algo tan hermoso.

Louis lucía tan suave, el valiente guerrero que Harry admira todos los días, luciendo tan pequeño aquí a su lado, despreocupado y vulnerable. Un Omega dormido, habiendo dejado a un Alfa entrar en su hogar, a su habitación, a su cama, descansando a su lado, confiando en él, permitiéndose ser vulnerable. Y Harry de verdad no sabía qué hizo para tener tanta suerte.

Su memoria volviendo después de absorber la belleza con la que despertó frente a sus ojos, Harry sonrió con labios cerrados y suspiró porque todo regresó...

Forever And a DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora