Capítulo XXIV

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• ~ CAPÍTULO 24 ~ •


Miércoles 27, Enero

  Harry: ¿Crees que Louis pueda ir con nosotros esta noche a tu estudio de grabación?

  Zayn: No es mío, H, tan solo lo rento, pero sí, seguro.

  Harry: Gracias:D. ¿En dónde estás por cierto?

  Zayn: Liam nos está manejando a la escuela.

  Harry: ¿Tuviste una linda noche? 😉

  Zayn: Silencio, H.

  Harry: ¿Eso es un no?

  Zayn: Mm no, no es un no realmente.

  Harry: ¿?

  Zayn: Bye.

Confundido, Harry guardó su celular de vuelta al bolsillo de sus jeans y colgó su mochila al hombro, bajando las escaleras hacia la sala común, para esperar a Niall en la entrada. Quién bajó cinco minutos después, ambos subiendo al carro (perteneciente a Liam), para manejar a la universidad.


El día avanzó bastante bien, hacía frío, sí, las nubes grises se expandían por el cielo, sí, pero Harry podría jurar que este día brillaba mucho más que todos los anteriores. Juraría que el sol calentaba un poco más la piel de todos, como nunca antes lo había hecho. O, quizá, solo era él el que brillaba más, sintiéndose todo tibio de amor por dentro y fuera.

Harry estaba feliz, simplemente feliz.

Niall definitivamente estaba disfrutando el nuevo estado de ánimo de su mejor amigo, no podía recordar la última vez que lo había visto así de animado.

En realidad, él nunca lo había visto así de animado.

Juntos habían reído mucho, habían pasado los mejores momentos, pero siempre había faltado algo en los ojos del muchacho rizado, algo que ahora estaba ahí y tintineaba fuerte y ruidoso.

Y a Niall le encantaba, su corazón tibio por Harry y la alegría que siempre deseó para él. Ahora por fin podía verlo en su rostro, en todo su cuerpo, en toda su aura que Niall casi juraba podía ver emanar de él.

Porque Harry ni siquiera podía dejar de sonreír. Estaba vistiendo una blusa beige con suave encaje en la línea del cuello, con el cierre de su chamarra abierto hasta poco antes de la mitad de su torso y, aun así, Harry estaba sonriendo; claramente más concentrado en la causa de su alegría que en las miradas que, de vez en cuando, iban dirigidas a él. Y Niall sonreía por él.

Feliz, simplemente feliz.

Y el día siguió avanzando.

Era la hora de la única clase que Niall, Harry y Zayn tenían juntos, así que los dos muchachos caminaron tranquilamente por el jardín del campus, hacia el edificio correspondiente, en donde se encontraba su aula.

Caminando por el pasillo, visualizaron al muchacho de cabello negro, apoyando a la pared junto a la puerta del salón, su mochila en el piso, y Liam junto a él; quien lucía... ¿preocupado? Lo que provocó que ambos muchachos fruncieran el ceño en curiosidad.

  ―Buenos días, tórtolos ―Niall los molestó, sonriendo, luciendo relajado a pesar de haber notado la rara expresión en el rostro de Liam; quién miró hacia los dos muchachos que ahora se detenían frente a ellos.

  ―Hola, chicos ―Liam los saludó, intentando lucir lo más tranquilo posible, sonriéndoles a ambos.

  ―Hola ―Harry saludó, mostrando nuevamente su brillante sonrisa, que había portado durante las horas anteriores, no pudiendo evitarlo.

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