Capitulo X

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• ~ CAPÍTULO 10 ~ •


Viernes 20, Noviembre

  ―¡Ni siquiera es una fiesta! Es más bien como... una reunión. Mikey no quiso una gran celebración. Tan solo invitó a sus amigos cercanos, que son como diez, aparte de nuestros hermanos de fraternidad ―Niall habló rápidamente, casi en un berrinche de niño.

  ―Pero yo no soy su amigo cercano ―Liam replicó.

  ―Eres 'mi' amigo cercano ―encogiéndose de hombros―, misma cosa, aún estás invitado. ¿Vendrás?

  ―No lo sé, Niall, es... No es un buen día para salir ―Liam se rascó la nuca, no sabiendo bien cómo ponerlo en palabras―. Louis no se siente muy bien y me gustaría estar ahí para él.

  ―¿Tommo? ―sus azules ojos agrandándose, Niall dio un abrupto paso más cerca―, ¿Qué tiene? ¿Está enfermo? ¿Necesita algo? ¿Le pasó algo? Harry me dijo que no lo encontró ayer, ¿Por eso no fue a trabajar? ¿Está grave? ¿Qué pasó...

  ―¡Niall! ―Liam alzó la voz, sosteniéndolo por los hombros, deteniendo sus preguntas frenéticas y la preocupación en sus ojos―. Louis está bien ―acentuó cada palabra―. No te preocupes, pero me gustaría estar con él hoy de todas formas.

  ―Oh ―Niall exhaló, calmándose―. Okay ―asintió―. Dale un gran abrazo por mí, ¿sí? Y si cambias de parecer, misma hora de siempre. La puerta estará abierta.

  ―Está bien, gracias ―con una palmada en el hombro, Liam agarró su mochila del piso―. Nos vemos luego ―le dijo, caminando fuera de la universidad entre las personas que abandonaban el edificio por el final de las clases.

Llegando a casa después de haber caminado un rato por el parque al sentirse extraño, incluso perdido, y no querer mirar a nadie por el momento, Harry entró a su cuarto y se dejó caer de espaldas en su cama.

Sentía un raro vacío al centro de su pecho, casi como si su Alfa no estuviera ahí y Harry fuera un cascarón vacío.

Liam le había dicho más temprano que Louis estaba bien, que no sabía por qué el ojiazul no había respondido a su mensaje el día anterior, pero que no se preocupara. De ahí en fuera, no dijo más. Y Harry no estaba conforme con eso, pero no había mucho que pudiera hacer, si el muchacho no quería ver a nadie, Harry tenía que respetarlo.

Pero vaya que lo extrañaba. Siete días es demasiado, y Harry quería verlo... Necesitaba verlo.

Agarró su almohada y se la presionó sobre el rostro para callar sus pensamientos y obligarse a quedarse ahí en vez de salir corriendo hacia su apartamento en este mismo segundo.

  ―Almas gemelas ―las palabras salieron entrelazadas en el humo que arrojó por sus labios hacia el exterior. Sentado en el alfeizar de la ventana abierta, Louis sostenía un cigarrillo encendido entre su índice y dedo medio, su cuerpo cubierto en un holgado suéter y pants―. ¿Cómo puede ser posible?

La noche anterior fue tan extraña que parecía haber sido un simple sueño...

Cuando Liam había vuelto a la universidad por segunda ocasión, habiéndolo dejando en el apartamento primero, Louis se había simplemente acostado en el piso a la mitad de su sala de estar, mirada en blanco en el techo.

Había intentado recapacitar todo lo que escuchó salir de la boca de su Doctor. Esas palabras que parecían extraídas de un cuento de hadas, porque eran tan extrañas y sorprendentes, que simplemente no podían ser reales.

Forever And a DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora