Capitulo XV

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• ~ CAPÍTULO 15 ~ •


Lunes 21, Diciembre

  ―¿Listo?

  ―¿Tenemos otra opción?

  ―No ―Liam rió ligeramente.

Exhalando, Louis preparó sus oídos, y asintió ―Ábrela.

Liam giró la perilla de la puerta principal, y como si hubieran activado una especie de alarma, agudos gritos entusiasmados explotaron al interior, correspondientes a ocho voces femeninas diferentes, seguidos por veloces pies aproximándose hacia los dos muchachos que apenas y habían puesto un pie al interior de la casa Payne.

Era ya una tradición desde hace años. Ambas familias se juntaban para navidad y año nuevo, ya que siempre se sintió como una sola familia desde que Liam y Louis se hicieron mejores amigos en la primaria, rehusándose a separarse para las fiestas.

Así que, cada año se turnaban entre las dos casas, pero siempre estaban todos juntos.

  ―¡Louis! ―dos pequeñas y agudas voces gritaron al mismo tiempo. Dando jalones en los jeans de su hermano, demandaban su atención cuando él se encontraba abrazaba a Félicité, otra de sus hermanas. Louis se inclinó, envolviendo en cada brazo a sus hermanas gemela, Phoebe y Daisy.

  ―¡Mis cachorros! ―una hermosa mujer se acercó, con brazos abiertos y una cálida sonrisa en su rostro, envolviendo primero a Liam; quien apenas y estaba soltando a una de sus propias hermanas, Nicola, la cual ahora giraba para abrazar a Louis―. Que guapos están, no puedo creerlo.

  ―Hola, Jay ―Liam sonrió a la madre de Louis.

  ―¡Lou! ―otra hermosa mujer también se acercó, ésta abrazando a Louis.

  ―Karen ―Louis sonrió (y mordió discretamente su labio inferior para ocultar el dolor) mientras la madre de Liam lo envolvía fuertemente en sus brazos.

Las mujeres se intercambiaron, entonces, ahora abrazando a sus respectivos hijos.

  ―Creía que llegarían desde ayer ―un hombre se acercó también a ellos, Geoff, abrazando a Liam, su hijo.

  ―Perdón, mi culpa ―Louis dijo, desde los brazos asfixiantes de Lottie, otra de sus hermanas adolescentes―. Ayer terminaron mis entrenamientos de prueba y de verdad no tenía la energía para viajar en el mismo día.

  ―Oh, Boo Bear, no te preocupes ―Jay se acercó de nuevo, acariciando la mejilla de su hijo, mirándolo con tanto amor que Louis la abrazó de nuevo a pesar de su cuerpo adolorido―. Estamos tan orgullosos de ti, estoy segura que obtendrás ese lugar en el equipo.

  ―Disculpen por interrumpir, pero todos esos gritos despertaron a estos dos y ahora quieren saludar también ―otro hombre dijo, acercándose también a la aglomeración de personas, sosteniendo dos bebés, uno en cada brazo.

  ―Hola, Daniel ―Louis saludó al hombre, esposo de su madre. Pero su sonrisa creció de tamaño y sus ojos brillaron al ver a su hermano y hermana, Ernest y Doris, de diez meses de edad―. Hola, cachorros ―acarició las mejillas de los bebés, dejando un suave beso en la frente de cada uno, haciéndolos sonreír y balbucear sonidos.

La última vez que se habían visto todos juntos fue en Julio, en la boda de la madre de Louis, Johannah, y su nuevo esposo, Daniel, tan solo cinco meses atrás. Ahora que ambos recibían los abrazos y besos en mejillas de sus familias, se sentía como si no hubiera pasado ni un día y como si hubiera sido toda una vida al mismo tiempo.

Forever And a DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora