Forever And a Day

Capitulo V

• ～ CAPÍTULO 05～ •

Desde la noche del jueves que lo había dejado a la puerta de su apartamento, Luke no había descuidado a Louis ni un segundo. Mensajeándole "buenos días" y "buenas noches", yendo al final de su turno en La Hoja Roja para acompañarlo al club de fútbol o hasta su apartamento, siempre dejándolo en la puerta, negándose a entrar si Liam no estaba ahí. Después de todo, ese era el apartamento del Alfa también y no era correcto entrar a su espacio sin su consentimiento.

De cierta forma, Louis se alegraba que no quisiera pasar. Nunca antes había tenido problemas quedándose a solas con él, pero ahora que Luke en realidad buscaba una relación, Louis se ponía algo nervioso a la idea de no tener ojos testigos alrededor. No es como si le temiera a Luke, simplemente... Ni él lo sabía.

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Harry había vuelto el martes, solo él esta vez.

Louis seguía trabajando y le ofreció una mesa, pero Harry estuvo de pie junto al mostrador, prefiriendo platicar con él entre clientes; escuchando a Louis hablarle sobre su equipo favorito de fútbol y sus entrenamientos con su propio equipo.

Harry volvió a la universidad y Louis suspiró lo que restó de su turno. Hasta que llegó Luke con otro ramo de flores.

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El miércoles, Louis no podía dejar de reír, escuchando a Harry decirle cómo la profesora Willes simplemente no dejaba de regañar a Niall. Porque el Alfa jamás ponía atención ni dejaba de hablar, y cuando lo hacía, aun así, la mujer encontraba la forma de regañarlo por algo. Ya todos habían llegado a la conclusión que a la profesora simplemente parecía no agradar del muchacho, Liam siendo su favorito.

A las cuatro de la tarde, Luke llegó y Louis lo acompañó a una de sus clases de tutoría a un estudiante de secundaria, no pasando un gran rato en realidad.

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El jueves, Harry se sentó en una de las mesas, terminando una tarea atrasada para su siguiente clase.

Louis atendía a sus clientes, mirándolo de reojo todo el tiempo que estuvo ahí.

Esa tarde, Luke, Calum y Liam lo acompañaron a su práctica de fútbol, Luke enojándose cada que alguien golpeaba o empujaba a Louis en la cancha; cosa que nunca antes había pasado, y llegó a incomodar a Louis por sentir que el Alfa lo veía como alguien delicado en su propio deporte.

Sí, había momentos en los que Louis disfrutaba sentirse delicado, cuidado. En ciertas circunstancias, en ciertos días. Pero no todo el tiempo, y definitivamente no aquí, frente a su equipo.

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El viernes, Harry llegó más tarde de lo acostumbrado y no tuvo mucho tiempo para conversar con Louis; pero disfrutó mucho el descansar contra el mostrador, bebiendo su taza de té, mirando a Louis sonreír a los clientes. El chico de ojos azules era atento y educado con todos, a veces caminando hacia las máquinas para ofrecer muestras gratis a quien no se decidía qué ordenar. Harry sonreía tras su taza cada que veía los pies descalzos del chico.

Esa tarde, Luke nuevamente acompañó a Louis a su práctica de fútbol, después lo llevó a cenar, y lo dejó a la puerta de su apartamento, acercándose cuidadosamente para darle un beso de despedida.

Louis sonrió apretadamente y giró su rostro en tiempo para que los labios aterrizaran en su mejilla. Si el Alfa se sintió ofendido o decepcionado, realmente hizo un buen trabajo por ocultarlo.