Capitulo XVII

76 10 1
                                    

• ~ CAPÍTULO 17 ~ •


Sábado 02, Enero

Fue todo un espectáculo de llanto dentro de la casa.

Con maletas listas en la entrada, Louis y Liam se despedían de sus familiares, listos para volver a Londres. Cada uno recibió un millón de abrazos y besos antes de poder poner un pie fuera de la casa finalmente.

Aunque no quería aceptarlo al inicio, Liam recibió un poco de dinero extra de sus padres, después de la insistencia que le dieron para que lo tomara. A él nunca le había gustado recibir dinero de esta manera, siempre había gustado por trabajar para valerse por sí mismo; una característica Alfa que se permitía tener de todos los cliché que no le gustaba de su género secundario. Pero ya que en estas vacaciones ni él ni Louis habían tenido ingresos, terminó aceptando el dinero de sus padres, agradeciendo su amabilidad.

  ―Tengan mucho cuidado, y sigan cuidándose mucho el uno al otro ―Karen les dijo, giñándoles un ojo a ambos. El Alfa y Omega la miraron, con una expresión nada impresionada―. Ush, no en ese sentido ―Karen aclaró―. Ya lo entendí, ¿está bien? ―resopló, y ambos muchachos rieron.

  ―Boo Bear ―Johannah frunció sus labios en un puchero, lágrimas en sus ojos al acercarse a su hijo, acunándole el rostro entre sus manos―. Te voy a extrañar mucho, cielo.

  ―Yo también, mamá ―Louis sonrió, con sus mejillas estrujadas entre las palmas de su madre, elevando sus manos para posarlas sobre las de ella―. No te preocupes, estaremos bien, como siempre ―le aseguró.

  ―Sé que lo estarán ―ella sonrió, bajando sus manos―, confío en ustedes ―haló suavemente a su hijo, envolviéndolo en sus cálidos brazos protectores―. Te amo mucho, Boo. Y no te preocupes mucho por Harry, ¿de acuerdo? ―le susurró al oído―, Ya se dará cuenta ―le dijo con complicidad, separando el abrazo.

Louis iba a responder algo, pero Daniel se acercó a ellos, entregando ambos bebés a Johannah, para poder abrazar de despedida a Louis.

  ―Mucha suerte con la selección, Louis ―Geoff le dijo, después de también abrazarlo―, sé que te irá muy bien. Eres un excelente jugador, tus partidos aquí con los Rovers son legendarios. Conseguirás ese puesto, estamos seguros ―le dijo con confianza.

Louis agradeció mucho la buena suerte que todos le daban.

  ―Liam ―Geoff miró a su hijo―, pon mucha diciplina en la escuela, muchacho, estamos muy orgullosos de ti, eres un estudiante maravilloso. Sigue poniendo todo de ti para ser el increíble músico que sabemos lograrás ser ―abrió sus brazos, recibiendo a su hijo dentro de ellos―. Y dile a tu muchacho Zayn que es bienvenido en nuestro hogar cuando gusten visitarnos ―agregó.

Liam sonrió imposiblemente grande, abrazando con agradecimiento a su padre.

Abrazando con todo el amor de su corazón a cada una de sus hermanas, Louis finalmente se separó de ellas, caminando hacia el carro junto con Liam. Metieron sus maletas y subieron, agitando sus manos hacia sus familias, que hacían lo mismo hacia ellos, despidiéndose una última vez. Encendiendo el auto, avanzaron por la calle, hasta perderlos de vista.

Casi tres horas después, y habiendo pasado a comprar comida para el resto de la semana, Liam por fin se estacionó frente a su edificio.

Cuando entraron al apartamento y olfatearon sus aromas únicamente en el aire, extrañaron instantáneamente la calidez de sus familias. Pero las vacaciones habían terminado y era hora de regresar a la realidad.

Forever And a DayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora