Capítulo 5✔

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POV. Sabannah

Decidí ignorar la extraña mirada de Steven y me concentré momentáneamente en andar hasta el mostrador de la secretaria. Ésta era una mujer delgada, con gafas de montura ancha y una blusa de flores conjuntada con unos pantalones ajustados. Le ofrecí una sonrisa simpática y ella me la devolvió con algo de cansancio.

- ¿En qué puedo ayudarte, linda?- me preguntó amablemente con una voz bastante dulce.

Fruncí mis labios y mi ceño al no saber qué responderle.

- Soy nueva y... Sinceramente no sé qué tengo que pedirte.- escuché las risitas de Evan, Tyler y Steven a mis espaldas y puse los ojos en blanco. Ella soltó una risa moderada antes de mirarme con traquilidad.

- A ver, ¿cómo te llamas?

- Sabannah O'Donnel.

- Vaya, ¿eres la sobrina de Meredith?- me preguntó con evidente curiosidad. Yo asentí en medio de la confusión momentánea que sufrí. Me extendió su mano y yo la estreché con gusto.

- Soy Amelia Roberts, su mejor amiga, así que supongo que nos veremos más de una vez.

- Claro.- le contesté con una sonrisa amigable.

Ella me entregó un mapa del campus, la llave de mi taquilla con el número de ésta, mi horario plastificado y un carnet de estudiante con la foto que mi tía había enviado el día de la matrícula. Salía horrible, para ser sinceros. Rápidamente me guardé todo en los bolsillos de mi pantalón y me despedí de Amelia con un gesto de la mano. Ella me lo devolvió y yo me aparté de la cola para cederle el paso a mis nuevos amigos.

Estábamos conversando animadamente cuando mi móvil vibró con insistencia en alguno de los numerosos bolsillos de mi pantalón. Logré encontrarlo a tiempo para descolgar la llamada.

- ¿Aló? - cuestioné sin mirar siquiera el identificador de llamadas.

Tras unas sonoras y roncas carcajadas al otro lado de la línea, al fin escuché la voz de la persona que menos me apetecía escuchar en aquellos momentos.

- Hola cariño, he ido a tu casa pero tus padres me han dicho que no estabas...- comentó él con voz lastimosa y confusa.

Suspiré sonoramente antes de pasarme una mano por la cara en un gesto de exasperación. Evan, Tyler y Steven me observaban con curiosidad mientras me dirigían por los pasillos vigilando que no me chocara con nada ni nadie.

- Rob... Mira, te voy a ser sincera. Eres mono, y tal, pero no eres mi tipo. No es por ti, es por mi. Y, además, no te incumbe dónde pueda encontrarme en estos momentos.

- ¿Eso quiere decir que hemos cortado?

A veces me exasperaba la poca capacidad de entendimiento de aquel chaval. ¿Quién me mandaría a mi salir con el típico musculitos sin cerebro? Gruñí al chocarme con una pared por culpa de Evan. Éste levantó las manos en señal de inocencia y yo lo fulminé con la mirada antes de continuar "conversando" con Bob.

- ¿Tú qué crees, Bob?- le pregunté comenzando a cansarme. Él pareció titubear al responder.

- ¿Que no?

- Bob, hemos terminado. ¿Lo quieres así o más claro?- era consciente de estar moliendo los huesos del brazo de Tyler pero dejé de prestarle atención a él para colgar el teléfono con otro gruñido.

- Vaya, a eso le llamo yo cortar por lo sano.- comentó sarcásticamente el pelirrojo llamado Steven. Puse los ojos en blanco mientras me frotaba con insistencia el lado izquierdo de la cara.

- Joder, Evan, ¿no me podrías haber desviado lo justo y necesario para que no me comiese la pared? Ahora me duele todo el lado izquierdo de mi hermoso rostro.- comenté arrogantemente.

Él se limitó a encogerse de hombros antes de sonreirme maliciosamente.

- ¿Era simpática la pared?- cuestionó Steven con un evidente tono de burla.

Le lancé mi mochila y mi carpeta a Tyler antes de salir corriendo tras el pelirrojo tatuado. La gente nos miraba raro a medida que íbamos esquivándolos o atropellándolos, pero yo estaba demasiado ocupada tratando de matar a cierto personaje como para darme cuenta.

- ¡Ven aquí, maldita y asquerosa rata de cloaca!- grité a pleno pulmón en medio de uno de los pasillos principales. Steven paró en seco y me miró con indignación y una mano en el pecho.

- ¿Acabas de llamarme lo que creo que me has llamado?- preguntó poniendo la voz más aguda de lo normal. Sonreí "inocentemente".

- ¿Cómo? ¿Rata de cloaca?

El brillo que destelleó en sus ojos no me gustó ni un pelo. Ay madre, ¿qué tenía en mente aquel pelirrojo del demonio?

¡Playgirl a la vista!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora