Capítulo 38

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POV. Steven

Había intentado aprovechar las vacaciones de Navidad para acercarme más a Katherine, pero la verdad es que no había ido demasiado bien...

Estaba esperando en el salón a que bajara la pelo-chicle, ya que al fin me había atrevido a decirle de salir a tomar algo, cuando apareció a mi lado un animado Smith, que había salido de dios-sabe-dónde.

- ¿Qué, a dónde nos vamos a tomar esas copichuelas?

- Al Luciérnaga, un pub de por aquí donde ponen música que me gusta. Bueno, además de que hay un montón de colegas que van allí todas las noches, así os los presento.

Resultó que Katherine no había pillado la idea de quedar nosotros solos en un bar tranquilo, así que no solamente fuimos con Smith, sino que el bar donde ponían música que le gustaba era un bar de metaleros, lleno de tipos duros que no hacían más que tirarle los tejos cada vez que podían. Sus "colegas".

Caminé a través de los jardines del campus, saltándome descaradamente mis clases, y saludé a Sab cuando pasó por mi lado en dirección contraria, pero iba demasiado concentrada mirando al suelo y acompañada de Allen. Fruncí el ceño. ¿Qué hacía la playgirl con el idiota hermano mayor de Smith? No tenía la motivación para saltarle en encima de la espalda para que mi hiciera caso, así que continué con mi camino hasta llegar a la entrada de la cafetería que daba a los jardines y a una hermosa terraza, donde encontré sentados a Tyler y Evan.

- ¡Zanahorio! ¿Y tú por aquí? ¿No tenías clase?

Miré a Evan con una ceja alzada, siendo ambos conscientes de que ellos también deberían estar dentro de algún aula, y nos empezamos a reír sin decir nada. Nunca cambiaríamos. Miré a Tyler, extrañado, mientras tomaba asiento.

- ¿Hoy es el día de ignorar al pelirrojo cañón, o cómo? ¿Y qué haces con el móvil en lugar de un libro?

Sin apartar la vista de la pantalla ni decir nada en voz alta, el gemelo "bueno" levantó la mano con algo de pereza en mi dirección y continuó a lo suyo. Mientras, Evan lo golpeó con el codo amistosamente y se inclinó hacia delante en la mesa con aires de misterio, como si me fuera a contar el mayor secreto de estado.

- Ayer Keith y él follaron, pero él no se corrió y ahora no dejan de hablar por mensajitos.

Miré de nuevo a Tyler con los ojos muy abiertos.- ¿No te corriste? ¿Y que pasó? ¿No explotaste de dolor?

Él se puso muy rojo, más de lo que jamás hubiera podido llegar a pensar, y negó con la cabeza lentamente tras lanzarle una mirada envenenada a su hermano.

- No exploté, Steven, no. Es sólo que... Estuvimos mucho tiempo, pero yo seguía sin conseguir llegar, así que simplemente... Dejé de estar excitado. Y Keith se quedó bastante preocupado, y no deja de sentirse mal y decir que es su culpa, por eso no dejo el móvil. Trato de meterle en la cabeza que no fue culpa suya, sino mía.

- Siempre puedes metérselo a base de martillazos en la cabeza.- Ambos me miraron horrible, así que levanté las manos en señal de paz.- La otra opción es que vayas a la ¿tienda de tatuajes? en la que trabaja, le des una sorpresa que no pueda olvidar.- Las miradas pasaron de horror a conejitos dulces adorables en dos segundos.- Y luego follar como conejos hasta que los dos os corráis las veces que haga falta.

Evan se hizo un facepalm, mientras Tyler se llevó la mano a la barbilla, acariciándosela en un gesto pensativo. Había dejado de afeitarse, al contrario que su hermano, así que tenía una barba cortita que lo hacía aún más atractivo para la humanidad. Ojalá conseguir que mi barba creciera, pero máximo que había conseguido eran dos pelos, uno a cada lado de la cara, y de un feo rojo fuego. Como si me los hubiera pegado con superglue a la cara un ciego borracho.

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⏰ Última actualización: May 25, 2020 ⏰

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