Capítulo 21

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POV. Sab

Mis pasos se detuvieron de golpe al ver una mesa enorme con toda la gente de la que sería mi fraternidad en un futuro muy cercano, provocando que mi tía chocase contra mi espalda.

- Maldita sea, Sab, mis socios están ahí, ¿por qué te paras de golpe?

- L-lo si-siento, p-pero...

- Si, si, ya podrás babear por los chicos lindos de esa mesa después, y yo lo haré contigo, pero ahora necesito que te centres. Mis socios son aburridos, pero deben tener una buena primera impresión de mí.

Fruncí el ceño, reanudando mi caminata a medida que procesaba sus palabras e ignoraba la presencia de mis amigos a escasos cien metros de distancia.

- ¿Primera impresión? ¿Mer, qué demonios...?

Ella agitó ambas manos en el aire, restándole importancia al hecho de que me había traído a un sitio mediante engaños y mentiras. Diablos, eso sonó demasiado dramático. Ambas continuamos andando, y mi tía se acercó a mí para decirme casi al oído.

- Te prometo que te compensaré lo de esta noche. Tú sólo se tú un poco menos tú (porque no quiero que te tires a ninguno) y sonríe.

Me giré ligeramente hacia su rostro con una ceja alzada con incredulidad mezclada con diversión.

- ¿Ahora soy una chica trofeo?

Aquello arrancó una potente carcajada a mi tía, y provocó que los comensales de nuestra mesa se giraran con cara de aburridos en nuestra dirección. De pronto, también las miradas de los chicos estaban sobre nosotras, y aún a distancia pude ver sus bocas abiertas. Les hice una seña disimulada de que guardasen silencio y se quedasen quietos para después caminar tratando de no matarme en dirección a la mesa de mi tía. Con una seguridad que en aquel momento no sentía, tomé asiento junto al lugar vacío de la cabecera, que fue ocupado de inmediato por mi tía. Los empresarios se levantaron todos a la vez, dejándome a mí como la única postrada en mi silla, y bajo una mirada insistente de Meredith me tambaleé sobre los tacones para ponerme en pie casi de un salto.

- Buenas noches, caballeros. Mi nombre es Meredith White, como ya deben saber, y ésta de aquí es mi sobrina Sabbanah O'Donnell, quien está en prácticas de dirección de empresas y por ello asiste a esta velada con nosotros esta noche.

Abrí los ojos como platos sin darme cuenta. ¡Wow! No creía posible que mi tía, la persona más basta y descuidada del planeta después de moi, pudiera mostrarse tan infinitamente formal y... Aburrida. En cambio, el conjunto de hombres trajeados a lo largo de la mesa asintió con solemnidad, tragándose la mentira de Meredith con sorprendente facilidad.

Al parecer nuestra presentación era algo así como un pistoletazo de salida, porque para cuando me quise dar cuenta ya estábamos todos sentados de nuevo y los camareros volaban a nuestro alrededor afanándose por atender todas las comandas.

Henry, un hombre de pelo negro azabache, ojos azules y gafas sexys que se sentaba a mi derecha, observaba a mi tía como si fuera la cosa más bonita del planeta mientras ella reía de algo que un hombre regordete sentado enfrente de mí le decía, haciendo aspavientos con las manos. Sin poder evitarlo, y con un ojo fijo en el escándalo que mis amigos montaban en la otra mesa, le pegué un codazo que llamó su atención además de quitarle todo el aire de los pulmones. Cuando sus ojos, más azules de lo que había pensado, se clavaron en los míos, sonreí sin disimulo.

- ¿Cuántas veces?

Él abrió los ojos como platos mientras observaba de reojo a mi tía, y se sonrojó. ¡Maldita sea, que deje de ser tan adorable!

¡Playgirl a la vista!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora