¡Playgirl a la vista!

Capítulo 32

POV. Sab

Eran las ocho y diez, y la gente estaba comenzando a llegar a la facultad para comenzar las clases. Me había asegurado de que aquel día todos los veteranos tuvieran clase, ya que mi broma no funcionaría si no iba nadie o no iban todos.

- Dios, Steven, Smith y Richard, ¿queréis dejar de fangirlear? Hay que estar en silencio.

Los tres dirigieron su vista hacia mi y Smith me miró con indignación. Con mucha indignación.

- ¡Sab, no puedes mandarnos dejar de fangirlear si estamos fangirleando sobre que Richard haya conseguido una cita!

Mis ojos y mi boca se abrieron al máximo y fijé mis ojos en el peliazul.

- ¡Richard!

- ¡Sab!

- ¡Steven!

- ¡Fotosíntesis!

Los tres miramos al pelirrojo con extrañeza, y él levantó ambas manos con las palmas en nuestra dirección.

- Fotosíntesis es siempre la respuesta.

Ignoré su comentario poniendo los ojos en blanco y me concentré en el peliazul con los brazos cruzados y rojo como el culo de un mandril.

- ¿Richard? ¿Alguna excusa para no habérmelo contado?

Miró hacia todos los lados, como buscando una respuesta en el aire y después de una lucha interna me señaló con un dedo.

- ¡Tú tampoco me contaste lo de Allen!

Fruncí el ceño con confusión.

- ¿Qué pasa con Allen?- Smith se me adelantó con la pregunta. Le guiñé un ojo, sonriente, y luego me puse seria al mirar al peliazul.

- OS vi esta mañana mientras hablaba con Molly en la cafetería. Se OS veía muy alegres...

Abrí la boca con incredulidad, incapaz de procesar el hecho de que me estaba preguntando indirectamente si me había acostado con él.

- ¡No! ¡Por dios, no me acuesto con todos los chicos con los que me llevo bien! ¡Miraos a vosotros, somos mejores amigos los seis y no me he acostado con ninguno!

Richard hizo una mueca y me atrajo hacia su pecho para abrazarme con ternura.

- Lo siento playgirl, es que no acababa de entender cómo es que estabas con él... Y tan feliz, tan temprano...

Resoplé.- Déjate de gilipolleces y suéltame, princesita, que tenemos una broma que hacer. Steven, ¿te aseguraste de que la puerta estuviese cerrada con llave para que tengan que venir a pedirla?

- Sip, mamá gallina.

- ¿Mamá gallina?

- Es tu nuevo nombre en clave.

Lo miré raro, pero luego sonreí siniestramente, a lo que los tres tragaron saliva fuertemente.

- Barbie Rubia, ¿tú hablaste con Amelia para que se entretenga en darle esas llaves hasta que sea la hora?

- ¡Oh dioses, que fantabuloso! Pero sí, la Barbie Rubia ha hecho su trabajo.

Me reí con ganas, así como Richard y Steven, aunque el peliazul puso los ojos en blanco y le pegó un puñetazo en un brazo. Cosas de machos pechos peludos.

- ¡Auch!

- Se siente.

El rubio fulminó al peliazul con la mirada, y luego su cara se iluminó con una sonrisa maléfica. Me sequé disimuladamente una lágrima imaginaria de orgullo. Había criado bien a mis polluelos. Entonces Smith se chupó un dedo y tuve que hacer todos mis esfuerzos para no reirme escandalosamente. Richard era muy escrupuloso, y le daba asco cualquier fluido ajeno a su cuerpo, por lo que cuando Smith le tocó la mejilla con el dedo sin que se diese cuenta, puso una cara de asco que Steve se encargó de fotografiar.