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Entraron por el gran jardín, la decoración cada vez era mejor, pero no le sorprendía porque Snow le encantaban las fiestas. Mientras caminaban la gente se les quedaban viendo, eran los hermanos de los juegos.

La comida era lo principal para la gente del Capitolio, en este evento asistía la gente más importante y algunos vencedores. Llegaron al centro del evento.

—Iré por algo de beber y saludare a un par de personas – le dijo su hermano a su lado.

—Okey—ella asintió con la cabeza.

Miro un poco a su alrededor para analizar la situación, logró distinguir otra mesas de bebidas, se acercó a ella. Al caminar notó que a todas aquellas personas ya las conocía y rezaba porque ninguna le hablara, solo quería por encontrarse con aquellas personas que eran de su agrado. Mimi no había llegado, hubiera sido mucho mejor si ella hubiera estado ahí.

—Maggie— escuchó una voz, se giró en aquella dirección.

—No es ni más ni menos el pavo real de Panem —ella lo miro mientras se acercaba a pasos lentos—Hola Finnick y me llamo Margaret.

—Oh vamos Maggie, no te hagas de esas conmigo — le sonrió el vencedor del distrito cuatro —¿Hace cuanto años que no te veía? ¿Dos? ¿Tres?.

Finnick Odair era uno de los vencedores del distrito 4, exactamente el vencedor más joven en ganar los juegos con tan solo 14 años de edad. Finnick era también todo lo que amaba el Capitolio, incluso estaba por encima de su hermano Jasper y los demás, se conocieron después de sus juegos y era a uno de los pocos que podía tratar de llamar  "amigo".

—¿Que te traes por estas fiestas?— le pregunto Maggie mientras se acercaron a la merca de tragos —Estás no son lo tuyo.

—Ni tampoco lo tuyo, pero obviamente eres la favorita y tienes que venir —dijo él mientras mantenía esa sonrisa que a todo mundo le gustaba, incluso a Maggie, aunque no lo admitía —Eso hiere mi ego ¿hoy nos vemos en tu departamento?.

—Quizás —ella le sonrió para luego marcharse.

Al llegar a la mesa de tragos y comida, analizó cada cosa que había ahí, era increíble la cantidad de comida que podía haber ahí y que la gente vomitara para poder seguir comiendo más. Noto que alguien estaba a su lado, lo reconoció al instantes, era el chico del doce.

—Vaya espectáculo, deben ser así de locos todos los del doce — le dijo ella mientras elegía un trago.

–¿Cómo...— él parecía sorprendido.

—Es imposible no reconocerte y se que debes conocerme le dijo Maggie mientras tomaba el trago rojo de la mesa —Ten cuidado con lo qué haces tú y la chica en llamas, aquí hay ojos en todos lados. Mándale saludos a Haymitch de mi parte.

Enseguida bebió todo el contenido del trago y dejó la copa encima de la mesa, Maggie se acercó a la pista de baile. Todavía estaba esperando que llegará Mimi. Entre la gente pudo distinguir a Tommy, este le sonrió y ella también a él.

—Señorita Wood ¿le gustaría bailar?— le pregunto ente cuando se encontraba frente a ella.

–Claro, con gusto—ella tomó su mano y se acercaron al centro.

Tommy era bastante agradable, parecía alguien de en sueño entre todos aquellos, pero él era muy bueno para Maggie. Ella lo quería, pero sabía que nunca estaría con él, era un chico muy bueno y Maggie era alguien que tenía traumas, estaba dañada y no era buena. Tommy merecía casarse con una chica de aquí que le diera una familia y lo amará.

–¿Viste a los trágicos amantes?—le pregunto este mientras bailaban.

—Claro, me encontré con el chico en la mesa de tragos —le sonrió —Es inofensivo, parece un  niño para este mundo.

—Quizás le falta por conocer— le dijo Tommy, pero fueron interrumpidos.

—Buenas noches señorita Wood, señor Trompson — les dijo Plutarch Heavensebee —Me permitirá una pieza.

Tommy le dio una mirada a Maggie, ella asintió lentamente con la cabeza.

—Claro, la veo luego señorita Wood—Tommy se marchó y entonces Plutarch se acercó a ella y comenzaron a bailar.

Plutarch Heavensebee era el nuevo sucesor de Seneca Crane, este había muerto luego de una supuesta intoxicación, pero casi nadie creía esa historia. Seneca había cometido un gran error y lo pagó, su lugar lo había tomado otra persona que para Snow parecía bastante competente con sus ideas y planes. Plutarch se encargaría de organizar unos mejores juegos.

—Señorita Wood, le tengo una pregunta — le dijo este mientras bailan –¿Usted considera al Capitolio su hogar?.

—Si— respondió ella extrañada.

—¿Daría su vida por él? ¿Le juraría lealtad verdadera?— volvió a preguntar, le parecía extraño todas esas preguntas.

–¿Ha que van sus preguntas?— ella lo miro.

—Se que lo considera su hogar al igual que yo, pero eso no significa que esté feliz con todo lo que sucede – le dijo, no podía creer que escuchaba eso—Y se que no ama los juegos, nadie lo hace. Si le interesa saber más, búsqueme.

Él se marchó dejándola solo, ella sabía que algo estaba ocurriendo.

Gods & Monsters  ||| Finick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora