25.

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Maggie subió el cierre de su traje, todavía seguía doliéndole la costilla, pero aquello no la detendría.  Al terminar se miro en el pequeño espejo que había en la habitación, no estaba acostumbrada a usar uniforme.

—Te queda bastante bien—le dijo Mimi que estaba sentada frente a ella.

No podía creer ella y los demás estuvieran ahí, Mimi siempre pensó parecido a Maggie, pero nunca creyó que llegaría tan lejos. Su amiga era una de las personas más valientes que conocía, era una hermana para ella.

—La noche en que los juego cayeron, el lugar estuvo en completo silencio, era como si no fuera el Capitolio — le dijo Mimi mientras Maggie tomaba su cabello en una coleta—Esto se había conversado hace un día atrás. Jenny fue la que se acercó a mi, al principio no entendí que quería, luego me lo comento y creí que era una trampa hacia mi para ver de que lado estaba. Con el pasar de los días pude notar que tenías una postura diferente, que ni siquiera estabas tratando de ocultar tus verdaderas intenciones. Nos entrenaron como armas sin corazón para su propio beneficio, pero no esperaron que nos reveláramos.

Mimi tenía razón, el Capitolio nunca los crió como personas, sino como armas para su propio beneficio y sentirse poderosos. Se sentían seguros creyendo que estaban de su lado, que nadie podría hacerles daño.

Pero Snow había perdido.

Había perdido no a simples agentes de La Paz, sino que personas que sabían exactamente cómo funcionaban estas verdaderas guerras.

—Mimi— la nombró su amiga —¿Todavía recuerdas a Damon?.

Maggie le interesaba saber si en sus recuerdos todavía vivía aquel chico, que si Mimi sabía lo que se sentía amar.

—Si, siempre lo recuerdo, ya no tanto como antes— ella miro a Maggie —Pero siempre a vivido en mi mente, Damon era diferente. Dio su vida por mi, su mayor prueba de amor hacia mí fue morir para que yo ganara.

Casi ninguno de los tributos del distrito uno pudo conocer el amor, alguno si, pero tuvieron finales tristes. Mimi era una adolescente en aquel momento, pero recuerda muy bien como era sentir aquello.

—Damon no merecía morir, era una de las mejores personas que había conocido en mi vida — Mimi soltó un gran suspiro —Pero nunca hemos podido ser felices, ahora que lo pienso hubiera preferido morir que seguir viviendo esta vida de amargura.

—¿Realmente como se siente amar a alguien?— le pregunto Maggie a su amiga, Mimi le sonrió.

Ella sabía que preguntaba por algunas razones, nunca antes le interesó hablar de algo así.

—En tú vida tienes un enfoque especial para aquella persona, no dejas de pensarla y querer lo mejor para ella— dice Mimi —La quieres junto a ti y cuando no está la extrañas, estás dispuesta a dar tu vida por aquella persona. Tú ser y tú alma cambian, se transforman.

A Maggie le hacía mucho sentido lo que decía Mimi, pero no sabía si aquello era en todas las personas. Una parte de ella era todo aquello que describía su amiga Mimi.

Fueron interrumpidas por un Finnick en la puerta, miraba a las dos sonrientes.

—Mimi — dijo él sonriéndole. Le agradaba bastante ella, le parecía graciosa e increíble.

—Finnick ¿a que debemos tu visita?— le pregunto ella sonriéndole.

—Vengo por Maggie, necesitamos ir a visitar a Beetee — le dijo este.

Maggie le dio una mirada a su amiga Mimi y esta asintió con la cabeza. Maggie salió del cuarto y comenzó a caminar por los pasillo junto a Finnick, le falta mucho para familiarizarse con el lugar. Lo que más le parecía interesante de ahí es que estuviera bajo tierra.

Caminaron por varios pasillo y bajaron muchos niveles más.

—El uniforme te queda bien— le sonrió.

—Me recuerda un poco a cuanto enseñaba en la academia — ella le respondió.

Llegaron hacia el compartimiento donde estaba Beetee, había logrado salir con vida, pero ahora se encontraba en silla de ruedas.

—Me alegra que hayas podido despertar — le dijo Beetee a Maggie en el momento que la vio entrar —Tengo listo unas cosas para ti.

—Me alegra que estes aquí...— le dijo ella observándolo —Claro, muéstrame.

Beetee le mostró todo los cuchillos que había preparado para ella, tenían tamaños distintos y formas. Algunos tenían explosivos en la punta, también había una gran espada.

Maggie se acercó a uno de los cuchillos explosivos y lo tomó para luego dirigirse hacia el espacio de práctica que había. Se acomodó y primero arrojó un cuchillo simple en forma de estrella, simplemente dio justo en el blanco.

—Al parecer ni adolorida pierdes tu puntería — le dijo este a su lado, tenía en su mano el gran tridente  que le había mejorado Beetee.

—Nunca la perdería, para mi es como respirar — le dijo ella preparando el segundo cuchillo—Siempre e estado alerta toda mi vida, estar alerta siempre me recordó como debía defenderme en todo esto.

—Ya no estás sola, están aquí — le dijo Finnick preparando su tiró —Incluso yo daría mi vida por ti, solo quiero que lo sepas.

Finnick enseguida lanzó su arma hacia el blanco, pero Maggie no fue capaz de lanzarla porque estaba observándolo. Él estaba dispuesto a dar su vida por ella.

—Yo también daría mi vida por ti —ella lo observo.

Ahí se dio cuenta que sentía todo aquello que Mimi había descrito. Ya sabía lo que se sentía amar porque amaba a Finnick Odair.

Gods & Monsters  ||| Finick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora