13.

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Era el día y Maggie había dormido a penas en la noche.

En su mente rondaba todo, no estaba lista para ir aunque todos los demás lo creían.

Quería que el plan funcionara. No quería matar a su hermano ni a Finnick.

Se levantó de la cama y vio en la silla del frente su traje, parecía algo para un trópico por el material y de la forma en que era. Luego de colocárselo salió hacia el comedor.

En la sala había un silencio, pero pudo ver la figura de su hermano en el sillón, al dirigirse hacia allá lo vio observando el techo.

—Hola — le dijo ella en frente de el, este dejó de mirar sus manos.

—Hola — se puso de pie y quedó frente a ella, Jasper le sacaba como cuatro cabezas de altura.

–¿Estás bien?— le pregunto Maggie, nunca lo había visto así.

Hubo un silencio por un par de segundos.

—¿Que hacías con Haymitch Abernathy y Finnick Odair ayer? —le dijo en un susurro y Maggie se paralizó.

Él la había seguido ayer, ella tuvo que haberse dado cuenta.

–¿Qué?– le preguntó rápidamente.

—Vamos, no me mientas Margaret — le seguía susurrando Jasper, por lo menos no lo gritaba —Te conozco muy bien.

De repente escucho como la puerta se abría y venían hacia ellos su madre y Iris.

—Solo te dire que tengo que proteger a Katniss Eveerden con mi vida — Maggie le susurro.

Ni siquiera se podía descripción la expresión de desconcierto de Jasper, no entendía porque tenía que proteger a esa chica.  Iba con todo aquellos que él creía.

—¿Listos?— pregunto Iris.

—Si— le sonrió Maggie.

Su madre se despidió de los dos con un gran abrazo, ella sabía que probablemente perdería a uno de sus hijos. Los juegos del hambre le había arrebatado muchas cosas.

—Jasper, tú madre te llevará con Castros — le dijo Iris —Yo llevaré a Maggie. Te quiero Jasper, nunca lo olvides.

Iris se acercó y se dieron un gran abrazo, luego su madre lo guió hasta el ascensor y juntos bajaron. Solo quedaba Iris y Maggie en el cuarto.

—Antes que nos vayamos tengo que entregarte esto— Iris saco de su bolsillo una pequeña hoja, a Maggie le pareció extraño—Te daré unos minutos para que la leas.

Ella asintió con la cabeza y tomó la hoja, se dirigió hacia el sillón de cuero y tomó asiento.

Querida Maggie:

Me he mantenido distante porque se la sensación horrible que debe ser ir a los juegos y no quería agobiarte, nunca fui a uno, pero tú irás a tu segundo. No sé porque decidí escribir esto si de todas maneras volverás, espero que vuelvas.

De todas formas quiero que en algún punto sepas que siempre has tenido mi corazón y no en forma de amistad. Eres increíble y lamento que hayas pasado por todo aquello, créeme, si pudiera hacer algo para impedir que fueras lo haría.

Tommy.

Maggie se puso de pie y dobló el papel en dos.

Tommy siempre estuvo enamorado de Maggie, desde la primera vez que la vio se dio cuenta que era especial. Siempre supo que el corazón de Maggie estaba ocupado por otras cosas, pero aún así no podía evitar sentir lo que sentía.

Ella se acercó a Iris y le entregó la hoja.

—Quiero que la guardés por mi, no quiero destruirla porque no lo merece — dijo ella —Dile a Tommy que lo lamento mucho.

Iris asintió con la cabeza.

Las dos salieron del departamento y tomaron el ascensor, llegaron a la primera planta donde Maggie fue llevada a parte para poder instalarle aquel chip que les informaría a los de los juegos donde ella se encontraba ubicada. Luego de hacerlo fue escoltada por dos agente de la Paz.

Llegaron a un cuarto y ahí estaba Iris, se puso de pie en el momento en que la vio entrar.

—Todo irá bien— le dijo ella mientras arreglaba su cabello que llevaba en una gran coleta—Aquí está lo que me pediste, me dijiste que era muy preciado para ti.

Era la cinta de la hermana de Katniss.

–Gracias Iris, te quiero — las dos se abrazaron—Tengo que irme.

Ella vio como lágrimas corrían por el rostro de esta.

Se alejó de ella y entró a la cápsula que enseguida se cerró.

No había vuelta atrás, ya estaba todo dicho.

Gods & Monsters  ||| Finick OdairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora