Estaba nerviosa, había llegado el día y yo llevaba semana y media evitando los mensajes y llamadas de Laura, incapaz de responder a cualquiera de sus preguntas sabiendo que en breve dejaría todo atrás de manera indefinida.
—¿Lista? —me preguntó el tío Dereck desde el marco de la puerta sacándome de mi ensimismamiento.
—No lo sé —confesé volviendo a fijar mi vista en el Word en blanco a la par que sentía cómo se movía en dirección a su cama y lo observaba también.
Su cama no era nada del otro mundo, una plegable que tenía para cuando venía Laura a dormir, que me dolía mirar, después de todo, se sentía como un recuerdo de un pasado demasiado lejano en el que nos reíamos juntas de bromas estúpidas y llorábamos viendo pelis en Netflix los sábados.
—Nos hemos modernizado un poco, tenemos enchufes, puedes llevártelo —señaló con la cabeza mi móvil, abandonado y apagado sobre la mesilla de noche.
Negué con la cabeza, las únicas personas que me escribían eran mis padres y por lo que me habían explicado Reagan y papá, el internet no era muy popular por allá, nadie lo usaba de hecho, así que iba a estar incomunicada de cualquier forma.
—No puedo escribirle a nadie, no sé cómo vivís así —murmuré tratando de evitar que notara lo que me preocupaba en verdad.
—Supongo que es porque preferimos estar con los nuestros cara a cara antes que, a través de una pantalla, para nosotros es más sencillo movernos, las estaciones de paso hacen maravillas.
—¿Estaciones de paso?
—Son portales, los que no tenemos la habilidad de teletransportarnos o abrirlos nos movemos así cuando son largas distancias, nos permiten hacer un camino muy largo en muy poco tiempo.
» Si buscas hacer una comparación, son nuestras estaciones de tren, pero son tan potentes que en minutos llegarías desde aquí a Estados Unidos.
—Papá me dijo ayer que estabais un poco anticuados en cuanto a tecnología, no esperaba que vuestra forma de estar anticuados fuera usar portales mágicos en lugar de trenes —lo miré con interés —. ¿Cómo funcionan exactamente?
Como todo lo relacionado con magia, me atrapó en cuestión de décimas de segundo, lo que más ilusión me hacía de ese viaje era poder observarla de cerca, no a través de mi imaginación o películas.
—Son públicos, lo cual los hace muy baratos, prácticamente cualquiera puede permitírselos, por lo menos en Delta.
» Lo único que tienes que hacer es entrar en ellos, cuando los usemos para ir hoy por la noche te vas a sentir muy cansada porque como nunca los has usado tu cuerpo va a tratar de asimilarlo, es normal.
» Las estaciones están cuidadas por guardianes que son teletransportadores o creadores de portales, en la que vamos a estar hoy Reagan dice que está un hijo de la dreckta Salim.
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Heraldos de la Muerte
FantasyDos jóvenes, un secreto oculto, una profecía y una inminente guerra. Terris, un mundo que Bree, una lectora apasionada, no pudo llegar ni a imaginar, es el mundo de Arek, juntos van a tener que encontrar la verdad y luchar contra esa vieja profecía...