BREE
Tenía un nudo en el estómago, miré con atención las calles de Barcelona, no sabía cuánto pasaría antes de poder volver a verlas, ni siquiera si volvería a hacerlo, eso me aterraba y aliviaba a partes iguales.
Hacía días que ese nudo me acompañaba, impulsado por el miedo, la anticipación y los nervios, parecía haberse convertido en un fiel compañero para mí desde que había aceptado dejar todo atrás y lanzarme a un vacío que no conocía de nada.
Caminé entrando a esa calle que tan bien conocía y una oleada de añoranza me atrapó, me fijé en como las tiendas tenían decoraciones navideñas y como muchas personas reían en familia en los restaurantes, me sentí un poco fuera de lugar como si ya nada de mí perteneciera a esa calle, aunque los últimos tiempos esa sensación me acompañaba a todas partes, era como si hubiera perdido toda cabida en el mundo que me rodeaba.
Me obligué a seguir caminando, era el último sitio de mi lista, llegué al portal de un edificio y me planté frente a él, tuve que contener las lágrimas, era la primera vez que estaba ahí y no llamaría al timbre, la primera vez desde el incidente.
Tomé aire intentando calmarme, no quedaba mucho para que no hubiera vuelta atrás y en ese momento solo me arrepentiría de lo que debí haber hecho y no hice por temor, no quería permitir que volviera a ganarme, necesitaba al menos esa pequeña victoria, aunque no fuera una completa.
—Lo siento —logré hablar con un hilo de voz mirando el portal vacío —, siento que mis miedos fueran más fuertes que yo —cerré los ojos esforzándome por no salir huyendo.
Se me escapó un sollozo y con él varias lágrimas silenciosas que parecieron abrir la puerta de tantos sentimientos que yo llevaba mucho tiempo conteniendo para que no me hicieran daño, pero ahora salían en torrente y parecía imposible que pudiese pararlos.
Me temblaba todo el cuerpo mientras el dolor de los recuerdos me devoraba viva, debí haber hecho muchas cosas de otra forma, tal vez si las hubiera hecho así no la habría perdido por el camino.
—¿Bree? —me llamó una voz conocida a mi espalda y se me paró el corazón.
Ella no debería estar aquí, hoy le tocaba comida en casa de sus padres.
—Cariño, estás temblando —reaccioné lo más rápido que pude pasándome las manos por las mejillas y girándome a la par que la madre de la que había sido mi amiga de toda la vida se me acercaba para ponerme una mano en el brazo —¿Vienes a ver a Lau? Está en casa de mis padres cenando, yo iba ahora para allá, si quieres puedes venir, hace mucho que mis padres no te ven, seguro que se alegran de verte.
No se les ha contado lo que pasó.
Mi cara tuvo que expresar la confusión que rondaba en mi cabeza porque la madre de Laura me miró como si me hubiera salido una tercera cabeza.
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Heraldos de la Muerte
FantasiDos jóvenes, un secreto oculto, una profecía y una inminente guerra. Terris, un mundo que Bree, una lectora apasionada, no pudo llegar ni a imaginar, es el mundo de Arek, juntos van a tener que encontrar la verdad y luchar contra esa vieja profecía...