/UNA PROPUESTA IRRESISTIBLE/
Poppy
—Y eso no es todo —agregó mamá—. Cuando Poppy estaba pequeña era muy peleona, le gustaba vivir agarrada de los pelos con sus compañeras. —Nicholas rio y centró su mirada en mí.
—Eso sí que es una sorpresa —comentó entre risas.
—Es como diríamos hoy día: Su pasado oscuro —habló Lily sin preocupación.
—Lily, no ayudas, ¿lo sabías? —la miré y ella sonrió como un angelito.
—¿Y en qué es que trabajas? —le preguntó mamá con curiosidad.
—Soy dueño de una aplicación de chat —respondió Nicholas.
—¿Podría saber de cuál? —insistió.
—Lite chat.
Y las reacciones que le siguieron a esa respuesta fueron tremendas; Lily se atragantó con el Sprite que bebía y a mamá por poco y se le salen los ojos de las cuencas.
—¿Entonces tú eres el psicópata guapo del que suele quejarse mi hermana? —Lily fue la primera en hablar.
—¿Psicópata guapo? —Nicholas frunció el entrecejo confundido.
—Lily, no ayudas —le reprendí entre dientes.
—No diría que fuera un psicópata, pero si soy guapo —bufó haciendo que mamá y Lily rieran.
—¿Tú eres su jefe? —preguntó mamá.
Nicholas iba a responder, pero decidí interrumpirlo.
—Sí, sí, así es. Es mi jefe.
—Qué suerte tienes, hija. —Mamá me guiñó un ojo de manera pícara—. Con un jefe así y vives quejándote, yo viviría encantada si fuera mi yerno.
Nicholas nos miró a ambas. Mamá no había tardado en soltar sus comentarios. Le hice una seña a mamá para que se callara y no soltará más cosas.
Resoplé mientras mamá y Nicholas charlaban como si fueran viejos amigos. Mamá contaba cualquier tontería y su visita reía como si fuera la gran cosa del mundo.
Aún estaba molesta con ese psicópata, pero siendo sincera, sonriendo se veía realmente encantador y lindo. Mucho más lindo que cuando tenía aquella expresión de querer acabar con el mundo.
«Pero ¿qué te pasa? Es tu jefe» me reprendí internamente.
La cena se terminó y gracias al cielo Nicholas estaba por irse ya a su apartamento.
—Gracias por haber aceptado nuestra invitación —le dijo mamá mientras guardaba unas cosas en un termo.
—Muchas gracias a usted por haberme invitado, de verdad —respondió Nils con una maldita y perfecta sonrisa de hombre encantador.
Como si yo olvidara que me había ignorado por una razón que yo aún no conocía.
—No se preocupe, puede venir cuando guste —mamá no tardó en emanar su encanto de cuando quería yerno.
Nicholas me miró y yo forcé una tonta y ligera sonrisa.
—Bueno, entonces me voy, que pasen una feliz noche. —Se dio la vuelta para irse.
—Poppy —me llamó mamá.
—¿Si? —pregunté.
Me dedicó una mirada de excepción y con una mueca me señaló que acompañara a Nicholas hasta la puerta. Lo cual hice a regañadientes. Me acerqué hasta Nicholas y lo acompañé.
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Mi jefe y yo
RandomPoppy Halper y su odioso jefe, Nicholas Kuesel, no son el prototipo de jefe y secretaria perfectos. Es más, sus diferentes formas de pensar, de socializar, hasta de hablar, se chocan. Ella dice odiarlo y él suele tener constantes jaquecas por ella. ...