/UNA CONDICIÓN/
Nicholas
Ya habían pasado dos días de la desastrosa fiesta de cumpleaños del abuelo, y, como era de esperarse, los medios me habían puesto en la mira de todos aquellos que leían el periódico. La foto del abuelo siendo agarrado de las solapas de su chaqueta de firma por su querido nieto, Nicholas Kuesel, era una aberración imperdonable. Y los títulos que acompañaban las fotos, que cambiaban dependiendo el periódico, eran demasiado intrigantes y execrables.
Maldita fuera la hora en la que accedí ir a esa fiesta.
Hacía más de media hora que estudiaba el mismo informe sin poder conseguir concentrarme. Todo se había vuelto un maldito caos. Qué más podía esperar, mi vida siempre fue así.
Desde esa noche Poppy me invitaba a quedarme en su apartamento, y me gustaba, no iba a negarlo. En las noches me había despertado sudando a causa de aquel recuerdo que parecía no iba a abandonarme nunca. Poppy se levantaba y me brindaba un vaso con un agua y me daba un somnífero que me ayudaba a dormir lo poco de la noche. Y eso comenzaba a frustrarme, saber que podía serle un simple dolor de cabeza con mi desastre de vida que, hasta el momento, había logrado mantener oculto a todos aquellos que me conocían, me atemorizaba.
Alguien tocó a la puerta sacándome de mis pensamientos.
—Adelante —dije tras soltar un suspiro para espabilarme.
La figura de Liam Scott se presentó ante mí con esa vibra que siempre emanaba y era imposible no apreciar. Sin embargo, esta vez su expresión era de seriedad, sostenía un periódico.
—¿Qué tal todo, viejo? —preguntó en un tono de voz serio.
—Muy bien, ¿y tú?. —Me intrigaba su manera de actuar, no era el mismo Liam burlón y sonriente que conocía.
—Bien —hizo una pausa en la que tomó asiento delante de mí—. Nicholas, después de lo del cumpleaños de tu abuelo no quise preguntarte nada, pero creo que merezco una explicación, ¿no? —alzó una ceja. Me le quedé mirando—. Presiento saber qué fue lo que pasó, sin embargo, las noticias que circulan en los periódicos no está ayudando mucho. Dominic Koslova ha retirado su inversión, y Frank Merripen me comentó que tu manera de actuar con tu abuelo le pareció deshonrosa. —Dejó el periódico en la mesa para después colocar su tobillo derecho en el muslo de su pierna izquierda, continuó—: Y, como cereza del pastel, James Miller me ha llamado esta mañana, personalmente, diciéndome que quiere tener una charla serie con los dos. Me imagino sabes para qué será.
Un silencio arrasador se instaló entre los dos, todo comenzaba irse al carajo. Si las cosas no me podían salir mal, sí me podían salir mucho peor. Dominic Koslova era un inversionista ruso que Liam y yo habíamos conocido en una fiesta del padre del Scott. Nuestra empresa llevaba un año de su lanzamiento y su progreso le había llamado la atención al ruso. Días después dijo que le gustaría ser inversionista de la aplicación, lo cual aceptamos más que encantados. Frank Merripen era un hombre que no había sabido en qué gastar su fortuna, y quiso ser inversionista de la plataforma. Me lo había pensado, ya que mi idea desde el comienzo siempre había sido ser una aplicación muy independiente de inversionistas por esas razones. Sin embargo, Liam me había mostrado los puntos a favor.
Y, para colmo, que James Miller quisiera hablar con nosotros no me indicaba nada bueno. Presentía cuál sería su tema de conversación, y me frustraba saber que, si en esa charla fallábamos, el quinto aniversario de Lite Chat podría irse al garete.
Solté un hondo suspiro mientras oteaba el periódico que había traído Liam. ¡Mierda, seguía siendo el encabezado principal! Sin embargo, hubo algo que llamó mi atención. En la foto no estaba solo, la figura de Poppy Halper se encontraba a mi lado, tomados de la mano. Cogí el objeto y leí el título: «El CEO Nicholas Kuesel y... ¿su nueva pareja? ¿Habrá sido la causa del enfrentamiento entre abuelo y nieto?»
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Mi jefe y yo
AléatoirePoppy Halper y su odioso jefe, Nicholas Kuesel, no son el prototipo de jefe y secretaria perfectos. Es más, sus diferentes formas de pensar, de socializar, hasta de hablar, se chocan. Ella dice odiarlo y él suele tener constantes jaquecas por ella. ...