Sodo, un talentoso guitarrista, se encuentra atrapado en un oscuro mundo de violencia y crueldad cuando una noche, en medio de una fiesta, se ve involucrado en una situación peligrosa. Con su mejor amigo, Rain, fuera de su alcance emocionalmente, y...
Sodo no paraba de llorar, miraba a los ojos oscuros del moreno buscando consuelo en sus suaves caricias.
—Swiss... ¿por qué? ¿Por qué de repente me tratas así? yo... ni siquiera te traté bien estos días y tú... me ayudaste sin siquiera pensarlo... —Dijo el menor observando a Swiss con culpa en la mirada antes de apartarla y voltear hacia abajo.
—Sodo yo... yo nunca dejé de tenerte cariño... solo me preocupaba que terminaras mal, gracias a que seguías relacionándote así con Rain sabiendo que no corresponde tus sentimientos... solo trataba de evitar que salieras lastimado, pero de cualquier forma, creo que no estuve bien, la forma en que reaccioné no fue la correcta así que entiendo si te molestó... no fue tu culpa. Y verte tan... tan vulnerable y sin nadie más para apoyarte... supongo que todos necesitamos cariño a veces y está bien. —Respondió el mayor secando las lágrimas en la mejilla de Sodo con caricias delicadas, mirando perdido en la profundidad de los ojos azules del castaño... parecía estar mirando un pequeño espacio entre las nubes del cielo en medio de una tormenta abrumadora.
Sodo sonriendo con ternura entrecerrando los ojos a pesar de las lágrimas, y sus mejillas se tornaron de un suave carmín cuando tomó la mano del mayor y la apretó suavemente contra su rostro, suspirando sobre esta y relajando su expresión. Para luego levantar la mirada y verlo directo a los ojos.
—Gracias...
Susurró mirando al mayor, quien lo veía con algo de sorpresa y comenzaba a sentir su corazón latir con mayor velocidad.
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—Sodo...yo...
El menor se acercó su rostro al de Swiss lentamente, tan cerca que ambos respiraban el aliento del otro y comenzaban a cerrar sus ojos sin llegar a rosarse. En un momento, el moreno dejó de resistirse y apoyó sus labios sobre los del castaño, pasando la mano que tenía en su mejilla hacia su cuello desde atrás, acercándolo un poco más a su cuerpo.
Sodo dejaba salir algunos gemidos ahogados en la saliva de ambos, la lengua del mayor entraba en la boca del contrario y se mezclaba con la suya. La otra mano del moreno tomó la cintura del menor, haciendo una pequeña presión desde atrás; separaron sus labios y un hilo de saliva los mantuvo conectados por unos segundos más, ambos se levantaron y Swiss cargó a Sodo para sentarlo sobre la mesa con las piernas abiertas y su pelvis entre estas, el menor ató su cabello mirando al contrario y luego continuaron. El mayor sujetaba a Sodo con fuerza, rodeando toda su cintura con sus brazos, lo sostenía desde su espalda mientras entraba más profundo en su boca, y sus manos recorrían el cuerpo de este último. Suavemente entraban por debajo de la camiseta de Sodo, acariciaban su abdomen... su pecho.... y comenzaban a pellizcar sus pezones con suavidad.
—Mgh~ S-Swiss... ¡ah! m-me gusta... a-ahí~ mgh~ no pares.
—No pienso parar lindo... —Respondía el mayor presionando más duro y comenzando a levantarle la camiseta, la colocó entre los dientes de Sodo para que la mantuviera arriba y comenzó a chupar y morder uno de los pezones del más pequeño, mientras jugaba con sus dedos en el otro.
