Por la mañana, la luz del sol que se filtraba por la cortina iluminó el ambiente cálido donde los chicos aún dormían. Sodo despertó y se sentó en la cama, mirando al mayor dormir... lucía tan lindo así. Swiss no tardó mucho en despertar y, al hacerlo, miró al castaño con sus ojos cansados. Al principio solo se miraron en silencio hasta que Swiss decidió romper la tranquilidad del ambiente.
—Sodo... anoche fue... diferente. ¿Verdad?
—Supongo que sí... lo siento si me siento extraño, no sé qué me pasó, yo solo... n-no lo sé. —Dijo el menor desanimado y bajando la mirada. El mayor lo miró con una sonrisa tranquila.
—Tranquilo, está bien... supongo que el cuerpo a veces reacciona de formas que no podemos entender, pero... ¿No te duele abajo?
El menor se sonrojó y lo miró con sorpresa y molestia.
—¡Por dios, qué dices! Yo... e-estoy bien.
(mentira, no estaba bien, LE DUELE TODO)
El moreno soltó una risa de ternura y se abrazó al torso del más pequeño, quien rió con él y acarició su cabello al verlo acostado en su regazo.
—Voy a preparar algo de comer, ya regreso... —Susurró el moreno antes de levantarse de la cama y besar a Sodo en la frente para dirigirse a la cocina y preparar un café para el menor y un té para él, trayendo todo en una bandeja que apoyó en la mesa de noche.
—¿Tienes café? Creí que no te gustaba. —Le dijo el menor con una sonrisa divertida antes de soltar una suave risa.
—Bueno, supongo que lo guardo para ocasiones especiales, a la mayoría de la gente suele gustarle así que es solo una opción más para ofrecer a mis invitados jeje.
—Jajaja tú sí que eres raro. —Afirmó el castaño antes de tomar su bebida, sosteniendo la taza con las dos manos. En la mente de Swiss era algo lindo.
El moreno sacó un pucho y le ofreció otro a Sodo, quien aceptó y finalmente ambos desayunaron juntos entre risas. Un rato después, el menor partió a su casa para empacar.
Más tarde, se reunieron todos en casa de Copia para asegurarse de que todo estuviera en orden y partieron al día siguiente.
En el avión, Sodo se sentó junto a Phantom y Swiss se sentó con Rain.
Phantom y Sodo no eran tan cercanos, así que no hablaron mucho durante el viaje; la mayor parte de este, Sodo estuvo durmiendo.
Por otro lado, Swiss trataba a Rain con amabilidad, aunque en su interior algo se sentía incómodo junto al chico.
—¿Entonces, cómo conociste a ese chico que mencionaste antes? —Preguntó Swiss algo curioso.
—Umm, bueno, él es alguien que conocí en un evento hace poco. Parece ser una buena persona- —Respondió Rain algo avergonzado pero con una sonrisa.
—Eso suena bien. Siempre es interesante conocer gente nueva, supongo.
—Sí... ¿Y tú? ¿Hay alguien... "especial" en tu vida?
—Bueno, no sé si "especial" es la palabra correcta. Pero estoy con alguien en algo que no es precisamente solo una amistad, ya sabes...
—Ya veo... ¿Y qué tal te va con eso?
—Bueno, se podría decir que no siempre es fácil entender lo que sienten los demás, es algo complejo.
—supongo que sí. Las relaciones suelen ser complicadas.
—Sí, es algo como... no lo sé. ¿Has tenido alguna vez esa sensación de que alguien está cerca de ti pero al mismo tiempo muy lejos?
—A veces, sí. Como si hubiera algo en el aire que no puedes entender del todo.
—Claro. A veces, las cosas no son tan simples como parecen...
—Si pudieras dar un consejo sobre relaciones, ¿Cuál sería? —Preguntó Rain, tratando de sonar casual, pero con un dejo de curiosidad en su voz.
Swiss reflexionó por un momento antes de responder.
—Creo que la clave está en la comunicación. Pero, ya sabes, es más fácil decirlo que hacerlo. A veces, las personas ocultan sus verdaderos sentimientos por miedo o inseguridad. Y luego están los malentendidos, esas situaciones en las que piensas que estás en la misma página, pero en realidad, no lo estás.
Rain asintió, pensando en sus propias experiencias.
—Es verdad, pienso lo mismo. Pero, ¿Qué haces cuando sientes que no puedes expresar lo que realmente piensas?
Swiss miró por la ventana del avión por un momento, perdido en sus propios pensamientos.
—A veces, creo que todos tenemos miedo de ser vulnerables. Pero, al mismo tiempo, abrirse es la única manera de verdaderamente conectarse con alguien. Quizás sea una tontería, pero creo que la autenticidad es lo que fortalece las relaciones, ¿sabes?
Rain asintió de nuevo.
—Swiss, hay algo que siempre me ha intrigado... ¿Cómo manejas la distancia entre tú y las personas cercanas...? Es decir... con tu familia y eso. —Swiss sonrió con melancolía, como si hubiera tocado un tema delicado.
—Bueno, eso es complicado. A veces, la distancia física no es nada comparada con la emocional. Puedes estar junto a alguien y, sin embargo, sentirte a millas de distancia. Supongo que es parte de la vida, ¿no?
—Me estás dando mucho en qué pensar jaja.
—Jeje, ya sabes, a veces es bueno cuestionar las cosas. Nos ayuda a entendernos a nosotros mismos.
El resto del viaje continuó en medio de la conversación, hablando temas de la vida. Aunque la incomodidad persistía en el fondo, Swiss y Rain comenzaron a comprenderse un poco mejor.
Al llegar al hostal, el aire estaba cargado con la promesa de nuevas experiencias. Mientras se dirigían a sus habitaciones, una sensación de anticipación llenó el ambiente, como si el destino estuviera a punto de revelar algo más. Copia les mostró a cada uno sus habitaciones, las de Swiss y Sodo se encontraban justo frente a frente. Ambos se miraron con sorpresa y se dirigieron a desempacar en sus habitaciones.
Después de eso, la noche transcurrió entre risas y brindis, estaban todos juntos en un pequeño bar que había en el primer piso del hostal, pero a medida que avanzaba la noche, la tensión entre algunos miembros de la banda era notable. Swiss observaba discretamente a Sodo, quien parecía absorto en sus propios pensamientos.
Finalmente, Swiss se acercó en busca de romper el hielo entre ambos.
—Sodo... ¿Cómo la estás pasando? ¿Todo anda bien?
El menor apoyó su mejilla sobre su palma y soltó un suspiro para comenzar a hablar.
—No lo sé... siento que todos están tan en lo suyo, pero yo... n-no lo sé... quizá estoy algo distante de todos últimamente.
—Bueno... digamos que nosotros... tan alejados no andábamos ayer...
Dijo Swiss mirando al menor con una sonrisa juguetona.
—Jaja, sí, supongo que no... pero, no lo sé, no entiendo bien qué me viene pasando, sabes... estoy raro.
—Ya veo... entiendo, a veces puede pasar supongo, quizá deberías intentar hablarlo con alguien... ¿no crees?
El menor levantó la mirada con algo de sorpresa pero serio al mismo tiempo.
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Contrapuntos del Corazón (Sodo x Swiss- ghost band)
RomanceSodo, un talentoso guitarrista, se encuentra atrapado en un oscuro mundo de violencia y crueldad cuando una noche, en medio de una fiesta, se ve involucrado en una situación peligrosa. Con su mejor amigo, Rain, fuera de su alcance emocionalmente, y...