XXXVI

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La atmósfera en el hospital era tensa y pesada. Swiss caminaba de un lado a otro en la sala de espera, sintiendo cómo cada segundo se estiraba dolorosamente. Su mente estaba en una vorágine de pensamientos, recordando cada momento con Sodo, cada sonrisa, cada caricia, y sobre todo, el miedo palpable de perderlo.

Copia, sentado en una de las sillas de la sala, observaba a Swiss con una preocupación. Ver a Swiss tan angustiado le partía el alma y le generaba aún más nerviosismo. Finalmente, decidió romper el silencio.

—Swiss, tienes que calmarte —dijo con suavidad—. Sodo es fuerte, y está en buenas manos.

Swiss se detuvo, respirando profundamente mientras intentaba asimilar las palabras de Copia.

—Lo sé, Copia, e-es que... había tanta sangre... no puedo evitar pensar en lo peor... Todo esto es mi culpa. Si solo no hubiéramos ido...

Copia se levantó y puso una mano firme en el hombro de Swiss.

—No pienses así... Ambos tomaron decisiones juntos, y ahora lo importante es que Sodo se recupere. Estaremos aquí para él, como siempre. Además, Swiss, la situación no es tan grave. Un disparo en el muslo sangra bastante, pero no va a morir por algo así. Los médicos están haciendo todo lo posible y pronto estará bien.

En ese momento, un médico salió del quirófano, todavía con la bata y el rostro cansado. Swiss y Copia se levantaron al instante, sus corazones latiendo con fuerza.

—¿Cómo está? —preguntó Swiss, con la voz temblorosa.

El médico sonrió levemente, un gesto que trajo un rayo de esperanza a los dos hombres.

—La operación fue un éxito. Sodo perdió mucha sangre, pero logramos estabilizarlo. Está en recuperación y despertará en unas horas; podrá volver a caminar con normalidad, por lo que parece.

Swiss sintió cómo las lágrimas comenzaban a correr por su rostro, una mezcla de alivio y agotamiento. Copia lo abrazó, compartiendo el momento de alivio.

—Gracias, doctor —dijo el mayor, con la voz entrecortada.

—Lo logramos... Copia, va a estar bien... todos vamos a estar bien —dijo, su voz llena de una mezcla de cansancio y alivio, como si las palabras mismas fueran una afirmación necesaria para convencerse a sí mismo de que era verdad.

Copia le dio una palmada en el hombro, su presencia reconfortante ayudando a Swiss a mantener la calma en medio del tumulto de sentimientos.

Más tarde, Swiss estaba al lado de la cama de Sodo, observándolo con ternura mientras dormía. La habitación del hospital era silenciosa, con el suave pitido de las máquinas de monitoreo como único sonido. Copia había salido a hacer algunas llamadas, dejando a Swiss solo con sus pensamientos y con Sodo.

El sonido constante del monitor cardíaco resonaba en la silenciosa habitación del hospital, interrumpido solo por el suave murmullo de las máquinas. Swiss se encontraba sentado junto a la cama de Sodo, sus manos entrelazadas con las de su amado. Habían pasado días desde la operación y, aunque el equipo médico había asegurado que la cirugía había sido un éxito, el proceso de recuperación sería largo y arduo.

Copia estaba a su lado, su presencia una mezcla de consuelo y preocupación. Sodo era como un hijo para él, y verlo en ese estado lo devastaba. Sin embargo, mantenía la compostura, sabiendo que Swiss necesitaba su apoyo más que nunca.

Además, Sodo compartía el hospital con Celin, quien estaba en una habitación cercana. Aurora, siempre a su lado, se encargaba de cuidar de la mujer y no se alejaba ni un momento de su lado, preocupada también por el estado de Sodo y por todos los que estaban pasando por esta difícil situación. La proximidad de las habitaciones les permitía a todos mantenerse conectados, pero el ambiente seguía cargado de ansiedad.

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⏰ Última actualización: Aug 05, 2024 ⏰

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Contrapuntos del Corazón (Sodo x Swiss- ghost band)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora