No podía evitarlo, miré de reojo una vez más hacia Brittany y Rhys, ella se reía con fuerza para que la gente la viera hablando con el nuevo y como todos le dicen, el tipo más sexy jamás antes visto. Rhys en cambio se le acercaba al oído para susurrarle cosas que a ella la hacían sonrojarse y besarlo con intensidad hasta casi meter la mano.
-Si los sigues mirando así le vas a perforar la nuca a Rhys -comenta Kathe- ¿Qué pasa? ¿Por qué de repente estás celosa?
-¿Celosa? ¡Ja! Claro que no -bufé y rodé los ojos-. Solo pienso en que debo hacer algo que debí haber hecho hace días.
Me levanté de mi lugar y fui directamente hacia aquella pareja, no dejaban de besarse hasta que yo carraspeé para llamar su atención. Brittany quería ignorarme pero Rhys sonrió de lado y me miró.
-¿Qué quieres? -cuestiona Brittany enfadada por la intromisión- ¿No ves que estamos ocupados?
-¿Podemos hablar un segundo? -le pregunté a Rhys ignorando a Brittany.
-No pue...
-Seguro -Rhys se levanta de su asiento, dejando a Brittany boquiabierta.
Empecé a caminar fuera de la cafetería hasta salir a una zona aislada de gente chismosa. Entonces me giré hacia él sin saber cómo empezar, se supone que debo agradecerle por algo que pasó ya hace semanas y disculparme por algo de hace una semana. Porque sí, ha pasado una semana desde aquello en el salón de clases.
-¿Y bien? -pregunta cruzándose de brazos. Fruncí los labios y me tomé un brazo con nerviosismo.
-Quería... disculparme, por lo que te dije en el salón la otra vez. Y agradecerte... por haberme salvado la primera vez y no haberme usado o algo así. Y por no matarme ni nada de eso.
Rhys sonríe finalmente, al parecer ya le he arreglado el ego, aunque no sé por qué me importa tanto, si tiene el ego frágil no debería ser mi problema.
-Está bien, te perdono, angelito. Aunque supongo que... también debería disculparme por mis bromas y acosarte -de repente me toma la mano mientras mantiene la otra de las suyas tras su espalda y se inclina hasta besar mis nudillos-. Discúlpame por mi comportamiento inapropiado. Intentaré contenerme mejor.
Pero entonces jala levemente de mí a la vez que se acerca un paso y su aliento acariciaba mi oreja.
-Aunque me sea casi imposible controlarme cuando se trata de ti...
Eso me hizo pensar en la marca en mi muñeca, cuando se separa con intenciones de irse decidí adelantarme y sujetar la manga de su chaqueta.
-Espera.
-¿Qué pasa?
-¿Por qué me has puesto esto? -levanté la muñeca con la marca, él sonríe de lado.
-Para que nadie se atrava a intentar tocarte o poseerte, claro.
-¿Y por qué? ¿Qué pasaría si alguien lo intentara? -cuestioné.
Rhys me toma de la mano que aún sujetaba su chaqueta y me acorrala contra la pared.
-Primero, crearía un campo de protección que evitaría al demonio acercarte a ti en un radio de tres metros... No podrían tocarte, solo yo podría entrar -su mano libre acaricia mi cintura-. También me avisará que alguien está intentando atacarte, así que podría ir a ti y salvarte de nuevo -su sonrisa se ensancha.
-¿Por qué lo harías? Evades mi pregunta de por qué me pusiste esto.
-Solo porque me pareces interesante y no me gustaría perder algo que llama mi atención de sobremaneras... al menos no antes de haberte probado -su rostro se acerca a mi cuello para inhalar mi aroma y lamer ligeramente.
-E..Esto no es c..cont..tenerte -le recordé nerviosa.
-Te lo dije, ¿no? Cuando se trata de ti... me es casi imposible resistirme. Sabes tan bien que me da curiosidad de saber si todos los ángeles son así de dulces o solo tú.
-N..No lo sé. Pero déjame ya.
Me sorprendió que esta vez no tuviera que insistir. Me soltó como había pedido y retrocedió un paso lejos de mí, sin dejar de sonreír.
-Ah, por cierto -recuerda él-. La próxima vez que me quemes con la mirada no lo hagas tan seguido, vuelves los besos incómodos.
-¡Y..Yo no estaba...! ¡Yo no...! -dejé escapar un quejido de molestia y pasé por su lado para alejarme y que no viera mi rostro sonrojado.
-Pero verte celosa me hizo divertir -comentó a lo lejos. Levanté el dedo medio hacia él mientras me alejaba hasta que ya ni siquiera podía verme.
Dejé escapar un gran suspiro más aliviada pero no duró mucho pues el dolor en mi espalda regresó, ahora siendo más fuerte, duradero y constante.
-J..Joder... -murmuré entre quejidos.
Para cuando el dolor acaba me estiré la espalda y volví a la clase antes de que llegara el profesor. Segundos después de mí llega Rhys y me vuelve a mirar con una sonrisa, volviendo a ignorar a Brittany quien no estaba feliz por eso.
-¿Qué le dijiste? -preguntó Kathe.
-Nada... solo me disculpe por algo, al parecer eso era lo que lo hacía actuar como un niñito berrinchudo.
Miré a Mark quien al ver a Rhys de nuevo a su estado salvaje de depredador de ángeles, (si lo pienso así suena mal y me hace arrepentirme de las cosas), él me guiña un ojo con una sonrisa y asiente como si yo hubiera hecho un gran trabajo. Rodé los ojos y volteé la mirad pero me encontré con que Rhys fulminaba a Mark, lo veía como si quisiera hacerlo explotar como lo hizo con los agresores de aquella vez en el callejón.
¿Qué le pasa ahora?Miré a Mark, él bajó la cabeza y se mantuvo así el resto de la hora. Volví a mirar a Rhys pero él de nuevo me estaba sonriendo.
Brittany nos mira y parece querer asesinarme con la mirada. Le hice una mueca de molestia antes de volver a mirar al frente e ignorarla completamente, a ella y al demonio a su lado. Es en serio, ¿por qué me disculpe? Ni que hubiera estado mal mi semana cuando él me ignoraba. ¿No puedo regresar en el tiempo?
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THE ANGEL and THE DEMON
FantasyLoren siempre ha creído que la existencia de seres míticos o ancestrales no pasaban de ser inventos humanos, lo creyó así hasta que una mujer en su sueño se presentó. Su padre no tuvo más opción que revelar un secreto tan asombroso como trágico. Des...