Capítulo 22

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Narra Loren

Me senté en el suelo soltando un quejido, estaba cansada y adolorida, nunca creí que el entrenamiento aquí sería tan agotador y eso que ya llevo bastante tiempo en este lugar. ¿No debería haberme acostumbrado ya? Joder.

-Ten.

Ariella me tiende una botella de agua con una sonrisa que devolví al agarrar la botella y agradecer. Bebí del contenido con clara necesidad, estaba destrozada y esto me ayudaba mucho más de lo que hubiera pensado antes.

-Uf... mejor -mencioné mirándola cuando se sienta a mi lado.

Noté que ella estaba viendo a uno de mis compañeros de la academia, aunque fuera uno más avanzado. Veía como se movía con agilidad y destreza, derribando a todos sus oponentes aunque fueran más grandes y más fuertes. Sonreí con picardía.

-Es lindo... -mencioné llamando su atención.

-¿E..Eh? ¿Qué?

-Cassian -respondí apuntándolo con la mirada-. Tienes buen gusto.

-¿G..Gusto? Ja, ja, ja. Claro que no, no lo estaba mirando, ¿por qué... por qué lo dices? -se veía nerviosa y muy sonrojada, bajó la cabeza y jugó con sus dedos- ¿Crees que... sabe que existo?

-¡Ay por favor! -apoyé mi brazo sobre sus hombros- ¿Recuerdas quiénes son tus padres? -dije con obviedad-. Pero a pesar de eso, eres realmente hermosa, Ariella, ¿quién no te notaría?

Cassian derriba a otro adversario quien se rinde de inmediato. Cuando lo suelta y se levanta para ayudarlo a hacer lo mismo, voltea la mirada, pareciera buscar a alguien. Volví a sonreír con picardía cuando encontró a Ariella y parecía sonreír. Volví la mirada a mi amiga pero la miré sorprendida por haber apartado la vista totalmente de él, por lo que no sabía que la estaba viendo.

-¡Con razón crees que no sabe de ti! -le di un golpe tras la cabeza.

-¡Ay! ¡Oye! -se queja y me fulmina.

-Te estaba mirando, Ariella. Incluso te buscó para ver si estabas impresionada, ¿eres o te haces?

-Sí recuerdas quienes son mis padres, ¿no? -entrecierra los ojos acusatoriamente.

-Mis padrinos, ¿y? -rueda los ojos-. Deja de mirar a otro lado y devuélvele la sonrisa. Cielos.

Bufó y volvió a mirar a Cassian, quien ahora estaba concentrado en alguien más. Miré a un lado y salí casi volando para comprar una botella de agua y regresar donde Ariella quien no se había dado cuenta de mi falta. Puse la botella en sus manos y la levanté y arrastré.

-E..Espera, ¿Q..Qué haces? ¡Basta!

-Está cansado como yo, o más. ¿No crees que quizás quiera algo de agua?

Ella lo mira y luego a la botella en sus manos. Suspira para darse ánimos y camina con los pies temblorosos hacia Cassian, los vi desde lejos. Ella llama su atención y le ofrece el agua, Cassian le sonríe con agradecimiento aceptándolo y bebe del contenido.
Sonreí enternecida por ellos cuando él empezó a hablar con ella mientras usaba una gran espada pesada como apoyo para sus brazos cruzados y su cabeza sobre estos, inclinandola de lado, mirando a Ariella como si fuera el ángel más lindo de todos. Era tierno...

No pude evitar pensar y compararlo con Rhys, ambos eran extremadamente guapos pero tan diferentes... Ariella tiene suerte de que alguien tan amable y tierno como Cassian se fije en ella, en cambio yo... atraigo a un ser que le encanta jugar conmigo. Aún recuerdo todas las veces incluso el primer momento en que nos encontramos, mi cuerpo e eriza cuando pienso en Rhys y en aquel primer beso con él.
De repente... ¿soy yo o hace calor aquí? Creo que no descansé lo suficiente.

-¡Mercier! ¡El descanso terminó! -dice uno de los arcángeles encargados de entrenarme.

Solté un quejido invocando mi arma y cargué con la primera compañera que corrió hacia mí.

****

****

Me lancé sobre mi cama con dolor y cansancio, ni siquiera me daban las energías para cambiarme o meterme a la ducha, pero tuve que encontrarlas para hacerlo. Me di un baño relajante y largo que hasta mis dedos se volvieron como pasas cuando decidí que ya era hora de salir. Me envolví en mi toalla y salí hasta mi armario teniendo un fuerte déjà vu, creyendo que al mirar al frente Rhys estaría aquí.

-Que tonta -sacudí la cabeza para quitar ese pensamiento-. Él no está aquí.

¿Cierto?
Miré a todos lados con desconfianza. Agarré mi ropa y corrí rápidamente al baño para cambiarme allí.

Sabía perfectamente que Rhys no podía llegar aquí, me lo han dicho, hay una barrera que impide a los demonios acercarse volando. Únicamente podrían entrar por un portal pero de ninguna otra manera. Sin embargo, aún así tenía ese pensamiento de que podría aparecerse en cualquier momento.
Aunque sería una idiotez porque ya me he cambiado muchas veces, en todos estos meses, en mi habitación y jamás ha aparecido.

¿Por qué siento como si me decepcionara?

Apoyé mi mano sobre mi pecho, dolía un poco cada vez que recordaba a Rhys... ¿será posible? ¿Quizás yo... lo extrañe?
¡No, no, no! E..Es imposible.
Negué con la mano y la cabeza a la vez para quitarme esa idea tan tonta.

Pero a mis recuerdos llegan sus besos... intensos y feroces, haciéndome sentir erizada y como si mi estómago se revolviera. Solté un jadeo involuntario por los recuerdos, toqué mis mejillas con la yema de mis dedos... se sentía muy caliente. Deslicé unos dedos hasta mis labios por sentir picor en ellos, como si no pudieran olvidar los de él. Como si los quisiera en realidad...

-Basta, Loren, no puedes pensar de esa forma -me reprendí a mí misma-. Está prohibido.

Está estrictamente prohibido mantener una relación afectiva con los demonios porque eso pone en riesgo la vida en el cielo. Pero eso me hizo pensar en Katherine y Luke... ambos parecen amarse de verdad, ojalá nadie se entere de lo suyo, no me gustaría que castigaran a Kathe.

Suspiré profundo y volví a acostarme en mi cama. Seguía agotada, tampoco quería bajar para cenar así que cuando vinieron a avisarme que la comida estaba lista pedí que me la trajeran como suelo hacer cuando me es imposible moverme. Por suerte todos comprenden.

THE ANGEL and THE DEMONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora