Capítulo 36

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Realmente Rhys cumplió con lo dicho, al menos por un mes me ha dejado con las piernas temblando y agotada. En realidad no tengo nada para lo que quejarme, aunque sí de una cosa... como el estar yendo cada hora al baño por las náuseas.

Como ahora que tenía el rostro metido en el inodoro a las cuatro de la mañana.

Ni siquiera me ha dado tiempo de encender la luz del baño, directamente vien al inodoro y hace diez minutos que no he podido separarme. Pero de repente las luces se encendieron y segundos después Rhys sostenía mi cabello. Estuvo apoyándome por al menos dos minutos más cuando por fin dejé de sentir ganas de vomitar.
Suspiré profundo y me levanté débilmente, Rhys tuvo que ayudarme porque sin él iba a caerme de nuevo. Me hizo sentarme sobre la pata del inodoro y me dio un paño húmedo para limpiar mis labios en lo que él salía y volvía con una botella de agua y unas pastillas.

-¿Algo te ha caído tan mal? -preguntó.

-Quizás... -respondí bebiendo el agua y la pastilla pero por lo menos tuve que acabar la mitad de la bebida-. No sabría qué pudo haber sido.

-No pensé que los angelitos tuvieran el estómago tan delicado -aprovecha para burlarse un poco pero eso me dejó pensando.

Es que los ángeles no son tan frágiles a las enfermedades... sin embargo, soy mitad humana, pero pensando en toda mi vida hasta ahora... jamás me había enfermado tan mal y esto me viene pasando desde hace una semana.

-¿Angelito? -Rhys me mira confundido pues siempre suelo reaccionar a sus bromas.

-Lo siento, lo siento... am... ¿qué fecha estamos? -pregunté.

-Veintinueve.

Y aún no me ha bajado... y yo suelo ser regular. Abrí los ojos de par en par cubriendo mi boca por la sorpresa pero entonces negué con la cabeza, ¿podría ser? ¡Por supuesto que sí! Después de todo, este animal de en frente no ha dejado de correrse dentro de mí desde hace un mes.

-Me estás preocupando, ¿me quieres decir que significan esas caras? -preguntó Rhys.

-Puede que tenga la ligera y mínima sospecha de... e..estar... embarazada -solté dejándolo sin habla.

Rhys me observa atando cabos y luego baja la mirada a mi vientre, se lo piensa con cuidado pero entonces parece reaccionar.

-¿De verdad? -asentí-. Debemos estar seguros, espérame aquí, iré a comprar de esas pruebas.

-Está bien... -fue lo único que pude decir.

Rhys sale intentando no parecer desesperado pero sabía que lo estaba. Salió por el balcón y usó sus alas para ir más rápido. Yo me levanté y me lavé las manos y la boca para quitarme este sabor asqueroso, esperé por Rhys algo impaciente, no tardó en regresar con una bolsa llena de distintas pruebas.

-No sabía cuál es la mejor, así que traje de todas las que había -mencionó.

-Me sirve -dije riendo levemente.

Agarré la bolsa y regresé al baño. Usé una de cada una para tener algo más acertado. Esperamos los minutos necesarios como decía en las instrucciones. Rhys se veía impaciente, más que yo.

-¿Y bien? -me pregunta cuando empecé a ver las pruebas.

Abrí los ojos de par en par y tragué con dificultad.

-P..Positivas... todas.

Rhys tardó varios segundos en reaccionar, pero finalmente, cuando analiza mis palabras, ya estaba abrazándome con una efusividad que no creí que me alegrara tanto. Me colgué de su cuello y suspiré profundo.

-Joder, Loren... y yo que creí que no podías hacerme más feliz -comentó consiguiendo que finalmente los sollozos se hicieran presentes-. Angelito... ¿qué tienes?

-L..Lo siento... son... las hormonas -dije limpiando mis lágrimas cuando me dejó en el suelo-. Pero está bien, estoy feliz. Jamás me imaginé siendo madre... espero hacerlo bien.

-Mi amor, por supuesto que lo serás, después de todo eres un ángel, eres perfecta en todo -juntó nuestras frentes-. Aunque he de admitir que igualmente me da miedo no hacerlo bien, sabes que no tuve buenas referencias.

-¿Rhys Vornath? ¿Asustado? -lo hice rodar los ojos pero con una sonrisa divertida.

-Sí, sí, lo estoy... no hace falta que te burles de mí.

-Tienes tres mil y tantos años ¿y ne dices que nunca has tenido un hijo con todas tus amantes? No consigo creerte, mi amor.

-Pues créelo, hasta en el antes de cristo me cuidé bien.

No pude evitar soltar una leve risa antes de sobre pensar en lo que yo misma dije y en lo que él también respondió y... me molesté.

-Ah... -murmuré solamente.

-¿Qué? ¿Ahora qué sucede?

-Nada, ¿por qué tendría que pasar algo? -me aparté para salir del baño, aunque Rhys me alcanzó en la habitación.

-Angelito, te recuerdo que tengo como tres mil años de experiencia con las mujeres. Sé que cuando dicen "no pasa nada" es porque pasa algo -intentó imitar la voz de una mujer y eso fue lo más gracioso, me tumbó en la cama para colocarse sobre mí-. Ya, dime qué te hizo molestar.

-Mhm... tienes razón, sí me he molestado, pero fue solo por una tontería que yo misma dije, así que... -aparté la mirada pero él me hace regresarla.

-Dila. Di cual fue esa "tontería" según tú.

-Pff... solo me hice ser consciente de que tú estuviste con muchas mujeres antes y... no sé, me sentí mal.

-¿Celosa? -enarca una ceja.

-Quizás un poco... bastante... mucho...

Rhys ríe entre dientes pero antes de reclamarle por reírse él besa mis labios para tranquilizarme, y funcionó.

-No te preocupes, angelito. Nunca más volverás a oír sobre otras mujeres en mi vida, si eso te incomoda entonces no diré nada sobre ellas. Pero sí te diré una cosa que quiero que entiendas bien... -asentí para que continuara-. A ninguna de ellas amé tanto como te amo a ti, es más... en mis tres mil y tantos años de vida, no he amado a alguien más, mas que a ti.

Sus palabras eran tan tiernas y mis hormonas tan fuertes que quise sollozar de nuevo. Me sentía avergonzada y tan enternecida a la vez.

-Estás mintiendo -me cubrí el rostro con ambas manos.

-Angelito... sabes que yo no miento.

-Lo sé... no puedes -respondí, apartando mis manos pero él niega con la cabeza.

-Tampoco quiero hacerlo, ni siquiera tengo algún motivo. Al menos no para mentirte a ti.

Me colgué de su cuello y besé sus labios con gran intensidad. Él me sujetó la espalda y correspondió al beso con una sonrisa sobre mis labios.

-Te amo, Rhys...

-También te amo, Loren.

THE ANGEL and THE DEMONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora