Cuando me había quedado sin lágrimas y voz como para seguir gritando, fue mi momento de reaccionar. Limpié mi rostro y me levanté del suelo, miré a Rhys sin más pensando en que por lo menos debía llevármelo para que su cuerpo no sea destruido en medio de este caos.
Lo iba a hacer, pero noté algo comenzar a salir de su cuerpo. Una pequeña flama saliendo de su pecho que desapareció frente a mi rostro.-¡Tsk! -aparté ma mirada pues es aún más doloroso verlo allí sin moverse.
Volví a limpiar mi rostro, acerqué mis manos a él para levantarlo pero de pronto su cuerpo ardió en llamas y yo me lancé hacia atrás sorprendida.
-¡Mierda! -miré mi mano izquierda, pues me había quemado un poco. Volví la vista a Rhys, viendo que su cuerpo parecía incinerarse-. No... espera... aún no. Por favor.
Me arrastré hacia él sintiendo mi cuerpo temblando. Quería volver a llorar. Las llamas se hicieron más grandes, me detuve en seco cuando vi un vapor verdoso salir del cuerpo de Rhys, se forma una serpiente que chilla adolorida y se dispersa por el fuego. Este baja su intensidad hasta que las llamas son absorbidas por el cuerpo de Rhys quien estaba intacto... incluso su cuerpo parecía estar reluciente.
-¿Huh? -murmuré confundida.
Lo miré atenta, sentada en el suelo. Rhys abre los ojos y se levanta de un salto... ¡como si nada!
-Eso... me dolió.
Él estira su cuerpo hasta hacerlo tronar, me mira por encima del hombro y me sonríe antes de girarse completamente hacia mí.
-Hey, angelito. ¿Qué pasa? ¿Pensaste que un poco de veneno en serio me mataría? ¿Quién crees que soy? -se cruza de brazos con arrogancia.
-Tú de verdad...
Apreté la tierra en mis manos temblantes mientras apretaba los dientes. Rhys se ríe levemente pero entonces creé un portal tras de él y antes de que se diera cuenta le di un puñetazo en la nariz que lo hizo traspasar el portal. Fui a por él cerrando el portal al haber pasado.
-¡Au! -se queja sentándose. Invoqué un látigo, él me mira sorprendido y sonríe de lado- ¿En serio, cariño? ¿Ahora? Estamos en un lugar público.
-Tú... Tú ¡imbécil!
Lo agarré del cuello con el látigo hasta ahorcarlo, él suelta quejidos e intenta quitarse el látigo pero lo hice estrellarse contra el suelo varias veces.
-¡Alguien...! -lo golpeé- ¡Quien sea...! -volví a golpearlo- ¡Agárrenla...! -otro más- ¡Esta loca!
-¡Te mataré en serio, hijo de puta!
Solté su cuello y volví mi látigo una espada. Volé hacia él y antes de atravesarle el rostro él tomó mi muñeca temblando, desaparecí la espada y él me abrazó de inmediato. Forcejeé para que me suelte.
-¡Déjame ir, idiota! -exigí.
-No lo haré.
-¡Suéltame! ¡No me toques! ¡Te odio! -mi cuerpo estaba demasiado débil como para seguir intentando empujarlo aunque no consiguiera que me soltara- ¡¿Cómo pudiste hacerme eso?! ¡Creí que habías muerto! Creí... creí que no volvería a verte...
Rhys suspira un poco antes de abrazarme mejor y apoyar mi cabeza en su pecho.
-Lo siento... en serio, angelito.
-Mentira... estás mintiendo, porque volviste a jugar conmigo entonces debes de estar mintiendo -solté sollozando de nuevo.
-Sabes que no puedo mentir... tonta angelito -ríe leve.
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THE ANGEL and THE DEMON
FantasíaLoren siempre ha creído que la existencia de seres míticos o ancestrales no pasaban de ser inventos humanos, lo creyó así hasta que una mujer en su sueño se presentó. Su padre no tuvo más opción que revelar un secreto tan asombroso como trágico. Des...