Tuve que faltar unos cuantos días a la escuela por mi recuperación y aprender a como esconder mis alas, además de haber dormido casi por tres días seguidos, aquella aparición realmente me ha dejado agotada.
Pero hoy iba a volver.
Miré el collar de mi madre sobre mi mesa junto a mi cama, decidí agarrarlo y ponérmelo, ignorando la reacción de Rhys y los otros. Hablando del demonio, se me hizo extraño que no se haya aparecido en estos días pero en realidad... no dejaba de pensar que era por Kathe. No quería desconfiar de mi mejor amiga así que solo pensaba que él es quien la busca a ella. Es mucho más creíble.-Me voy, pa -dije yendo hacia la puerta.
-Cuídate, cariño. Te amo.
-También te amo.
Salí de casa sonriendo, me sentía con más energías luego de haber descansado tanto. Caminé deprisa, llegando rápido a la escuela. Fui a mi casillero para buscar mis cosas pero estando allí sentí a alguien saltar sobre mí.
-Idiota, ¿dónde has estado? Me tuviste preocupada todos estos días -me di vuelta para ver a Kathe, luego de las fotos que vi... enfrentarla se me hace más difícil de lo que creí. Tanto que me ha costado sonreír.
-Lo siento, me he sentido mal y me tomé unos días -respondí-. Pero ya estoy bien, en serio.
Ella suspira un poco pero entonces baja la mirada hasta mi collar, ella parece hacer una mueca nerviosa, como si quisiera decir algo.
-Loren... tu collar... ¿no tienes miedo de que Brittany te lo quite? -cuestionó.
-Que lo intente. No me importa, le romperé la nariz si lo toca.
Ella traga con dificultad aunque intentara disimularlo, lo había notado. Mira hacia atrás de mí y parece negar con la cabeza. Me volteé y noté a aquellos tres chicos que dirigieron su mirada a mi collar, o mis senos, yo que sé qué están mirando. Miré a Rhys con molestia, aparté la mirada cerrando mi casillero y yendo a clase con Kathe.
-¿Hm? ¿Estás enojada? -pregunta ella- ¿Fue por lo que dijo del collar?
-Me ha molestado, pero no es por eso -respondí sentándome en mi lugar.
-¿Entonces?
-Olvídalo, está bien -sonreí.
-Supongo... pero, Loren... tu collar... e..es muy llamativo, ¿no te parece?
-Ya Kathe, no me lo voy a quitar solo porque Brittany quiera robármelo si lo ve. ¿Por qué tanta insistencia? -cuestioné.
Ella no parece encontrar una respuesta para eso, solo baja la mirada y no dice nada más. Al salón entraron los demás alumnos pero Mark y Luke, al vernos, dan media vuelta y se van. Rhys suspira y se acerca hasta nosotras pero sus pasos parecían lentos y pesados... como si se estuviera sintiendo mal.
-Loren... ¿podemos hablar? -pidió.
Miré a Kathe quien nos veía como si estuviera nerviosa por algo. Entrecerré los ojos y los vi intercaladamente.
-Por favor, decídete rápido, joder -empezó a toser en su puño, respiró profundo y se alejó un poco.
-Bien. Está bien.
Me levanté de su asiento y me fui junto a él, fuera de la escuela para que ningún maestro nos viera en los pasillos. Nos escondimos a un lado para hablar, él no se estuvo con rodeos.
-Necesito que dejes de tener ese collar -comentó de golpe.
-¿Mi collar? ¿Por qué? -cuestioné tomándolo sobre mi mano.
-Es ancerita. Una piedra del cielo -respondió.
-Ya, ¿y qué con eso? Me lo dijo mi padre.
Rhys rueda los ojos pero vuelve a toser en su mano, observa algo en su palma y con molestia me la muestra para hacerme notar que había escupido sangre.
-Es tóxica para los demonios.
Abrí los ojos de par en par, miré mi collar y me lo quité, pero no lo guardé. Volví a mirar a Rhys quien esperaba a que lo tirase o algo, solo la apreté en un puño y adopté una posición más soberbia.
-Entonces... ¿eso es todo? -pregunté.
-No... -suspiró y limpió un poco la sangre que manchó sus labios-. Sé que ese collar es un regalo de tu madre, quería disculparme por lo que dije y por tener que pedirte que dejes de usarlo.
-¿"Dejar de usarlo" eh...? -sonreí de lado, Rhys me mira confundido.
-¿Loren?
Me acerqué un paso a él que retrocedió y miró el collar en minmano, volviendo a toser.
-Aleja eso de mí -exigió.
-¿No hay alguna otra cosa que quieras decirme, Rhys? -pregunté, él negó y volvió a toser- ¿Nada, en serio?
-Joder, Loren. ¿Qué quieres? Solo dilo.
Lo atrapé contra la pared, sus piernas parecían flaquear por lo que cayó hincado sobre una rodilla mientras se sostenía con un brazo de la otra. Respiraba agitado, tomé su barbilla delicadamente e hice que levantara la mirada mientras aún sostenía mi collar en mi puño.
-¿Cuándo ibas a decirme que mientras jugabas conmigo también lo hacías con Katherine?
-¿Qué?
-No hace falta que finjas demencia, Rhys. Tampoco me importa con la cantidad de mujeres con las que estés, pero yo no seré una más en tu juego y Kathe tampoco.
Solté su rostro pero pisé su pecho golpeándolo contra la pared. Él intentó mover mi pie pero noté que estaba muy débil como para hacerlo. Me miró apretando los dientes, empezaba a verse pálido.
-Vaya, esta cosa realmente te afecta, ¿no? -sonreí y me puse mi collar-. Quiero que te alejes de mí, que te alejes de Kathe y que dejes de molestarnos. Además, si tengo esto... quiero que me quites el brazalete. No lo voy a necesitar.
-N..No lo entiendes... -quejido tras quejido-. Esa piedra s..solo te protege físicamente, L..Loren...
-Es lo único que necesito -le mostré mi muñeca esperando a que me quitara el brazalete.
Él apretó los dientes y con dolor levantó la mano, dobló ligeramente los dedos y un humo rojizo sale de mi brazo y se adentra en su palma. Él dejó caer su mano y yo me alejé.
-Te lo advierto, Rhys. Aléjense de nosotras.
Me fui caminando, dejándolo allí. Cuando ya no pudo siquiera verme solté todo el aire que acumulé en mis pulmones. Me había enfrentado a Rhys... a un tipo peligroso. Y lo hice bien.
Sonreí ligeramente y fui a mi salón. Kathe, al verme entrar, parece sorprendida pero al mirar mi collar hizo una mueca. Oculté el collar entre mi ropa y fruncí el ceño, ¿por qué tanto interés en mi collar? Aún no comprendo.
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THE ANGEL and THE DEMON
FantasyLoren siempre ha creído que la existencia de seres míticos o ancestrales no pasaban de ser inventos humanos, lo creyó así hasta que una mujer en su sueño se presentó. Su padre no tuvo más opción que revelar un secreto tan asombroso como trágico. Des...