Narra Rhys
Estaba tan harto de todo que lo único que hice fue quitar a la maldita súcubo de encima a pesar de que ella sí se estaba divirtiendo. Soltó quejidos y me miró como si debiera tenerle lástima.
-Largo -solté harto.
-P..Pero... pero señor... -ella gatea hacia mí moviéndose provocativamente hasta apoyarse en sus rodillas y de nuevo alcanzar mi miembro con su boca-. Aún no lo he complacido.
-Y no lo harás -levanté una mano usando mi poder.
La súcubo levita y suelta quejidos de dolor al ser estrangulada. La lancé contra una pared junto a la puerta y ella salió casi corriendo asustada. Bufé pasando la mano por mi cabello con frustración, me arreglé la vestimenta, aunque solo sean unos pantalones, y salí al balcón.
Miré al cielo rojizo cubierto de nubes negras. Apoyé mis codos en el barandal y sujeté mi cabeza enterrando mis dedos en mi cabello, raspé mi cabeza con mis garras y solté quejidos de molestia por la situación.-¿Cuándo mierda volveré a verte? -solté como si fuera a escucharme-. Te odio, maldita sea... ¿Cómo se te ocurre hacerme esto? A mí. Joder...
-Príncipe -un siervo llama a mi puerta.
Me enderecé y cambié mi actitud.
La puerta se abre y aquel siervo me mira antes des de bajar la cabeza.-Su Majestad, la reina, desea verlo. Me pidió que lo acompañara.
¿Qué quiere esa mujer ahora?
Rodé los ojos y fui con aquel siervo por los pasillos, pero me sentí extrañado cuando empezamos a bajar las escaleras que se dirigen hacia la mazmorra.-Oye, ¿a dónde se supone me estás llevando? -pregunté cansado.
-La reina me pidió que lo trajera por aquí.
-Te lo advierto, no estoy de humor...
-Es por eso que la reina nos pidió que le trajéramos un regalo. Ha notado su amarga actitud y poca tolerancia, fue entonces que lo preparamos todo para usted.
El siervo sonríe con aquella sonrisa macabra que tanto me molesta. Abre una puerta muy bien asegurada y me deja via libre para entrar, mirándolo de reojo con advertencia me adentré a la habitación y él cerró la puerta tras de mí. Suspiré pensando en formas de tortura para él pero entonces me distrajo el sonido de unas cadenas moviéndose. Volví la mirada al frente.
¡¿Pero qué carajos...?!
-Loren... -solté apenas audible siquiera para mí.
Es que no podía creer lo que veía. Estaba aquí, prisionera, totalmente herida y con signos de que la habían estado torturando, incluso pude ver marcas de mordidas en su cuerpo. Habían estado robando su poder a la fuerza...
-¿No te parece... exquisita? -mi madre aparece tras de mí susurrando con una sonrisa y lamiendo sus labios-. Porque lo es... una sola gota ya fue suficiente para que mi juventud recobrara su esplendor y mis fuerzas estuvieran al límite.
-¿Qué... es esto? -pregunté entre dientes apretando los puños con fuerza contenida.
-Tu obsequio, por supuesto. Sé que no te gusta que toquen lo que es para ti, pero deberé disculparme, hijito... -acarició mi nuca-. Fue algo irresistible. Los soldados deben ser más fuertes.
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THE ANGEL and THE DEMON
FantasyLoren siempre ha creído que la existencia de seres míticos o ancestrales no pasaban de ser inventos humanos, lo creyó así hasta que una mujer en su sueño se presentó. Su padre no tuvo más opción que revelar un secreto tan asombroso como trágico. Des...