Entre a la pieza y pude ver a mi novio sin su remera sentado frente a un escritorio, escribiendo algunas cosas sobre papel.
Me acerqué a él y lo abracé por su musculosa espalda, además de aprovechar un poco para tocar su abdomen.
Isabella: Hola lobito - Hablé con tono seductor pero al mismo tiempo divertido.
Sin embargo, note que no reaccionaba a ninguna de las cosas que había hecho, ni siquiera me saludó cuando llegué, eso era muy extraño en él, me separé y me apoye en la mesa donde seguía haciendo su actividad.
Isabella: ¿Pasa algo? - Pregunté preocupada.
Wyatt: ¿Porqué no me dijiste que volviste a tener tus ataques de ansiedad? - Me devolvió la pregunta, mirándome fijamente a los ojos.
Isabella: Yo...
Wyatt: Quiero la verdad.
Estaba demasiado serio, ahora entiendo porque estaba sin su remera, sabía que no podría pensar en una mentira coherente si lo veía de ese modo.
Isabella: Es solo que... Sabes que mis ataques terminaron cuando ustedes aparecieron, empecé a olvidar como se sentía, hasta ese día, pero pude recordar lo mal que hacía sentir a Zed por no poder ayudarme, yo solo no quería que tú te sintieras mal conmigo.
Wyatt: Eso no es suficiente Isabella, - Se paró de la silla en la que estaba, para dar unos pasos hacia mi. - Soy tu novio, se supone que debería estar contigo en las buenas y en las malas, necesito que me digas lo que pasa, aún si es malo, aún si crees que me hará sentir mal, necesito saberlo porque quiero ayudarte, necesito que confíes en mí.
Isabella: Confío en ti.
Wyatt: Pues no parece, por qué a mi parecer, tú siempre tienes algo que ocultarme -
Se veía enojado, abrí la boca intentando decir algo pero la cerré al darme cuanta de que él tenía razón, siempre había algo que no le estaba diciendo, aún que jamás lo haga con gusto.
Darme cuanta de eso sí que dolió, tiene razón, siempre estoy a la defensiva, incluso con el, me duele ocultarle cosas pero aún así no puedo parar, ni siquiera sé porque lo hago, siempre tuve la oportunidad de explicarle las cosas pero jamás quise intentarlo.
Mire al piso intentando concentrarme, sabía que él tenía razón, siempre tenía algo que ocultarle, y sé que solo quiere ayudarme, pero abrirme es difícil, me cuesta mucho hablar sobre mis cosas, y hablar de un ataque tampoco es algo que se pueda decir trivialmente.
Isabella: Está bien... Sinceremonos - Me senté sobre su mesa - no te quise decir porqué simplemente no quise hacerlo, no necesitas saber cada detalle de mi vida y no es algo lindo de mencionar.
Wyatt: Lo sé, yo solo, *Suspiró* siempre tienes problemas, la manada, tu "familia", solo... Sé que puedes con ese dolor sola, pero no tienes que hacerlo, puedes contar conmigo, pude haberte ayudado, quiero ayudarte. - Contestó con resignación.
Isabella: Pero lo haces, solo con estar conmigo me haces sentir bien, me ayudas solo siendo tú, solo con saber que te tengo conmigo. Aunque tú sientas que no haces nada, yo sé que estás ahí, y eso... De verdad hace la diferencia. - Le hablé con calma, intentando que comprendiera la sinceridad de mis palabras.
He pasado toda mi infancia sin contacto físico amoroso, de hecho, sin tener nada de amor, no sabía que era un lugar seguro, hasta que Wyatt apareció, el me hizo sentir que yo estaba bien, que todo a mi alrededor lo estaba, e incluso si no lo estaba, gracias a él sabía que lo estaría.
Lo único que espero que él entienda es que no necesito un príncipe azul que me salvé, necesito a mi hombre lobo que derribará cualquier cosa con tal de que esté feliz, créanme que eso, vale mucho más.
Años más tarde
Estaba viendo una serie tranquila en el sofá, cuando empecé a escuchar un sonido familiar estás últimas semanas, un bebé llorando, mí bebé.
Me levanté rápidamente, y emprendí camino hacia mi habitación, me acerqué hasta la cuna para levantar a la niña en brazos.
Cuando sintió mi tacto, en seguida se calmo, pero por mi lado, sentí algo extraño, no le tomé mucha importancia, ya que no quería que mi hija volviese a llorar.
Empecé a acunarla en mis brazos, hasta que noté algo, su cabello, estaba empezando a cambiar de color, su negro azabache empezó a transformarse en un rubio rojizo perfecto, obviamente como era una recién nacida solo tenía unos cuantos pelos en su cabeza, pero aún así, se podía notar perfectamente el cambio de color.
Me quedé unos segundos aprecieandola, en mi estado de shock, hasta que reaccione, fui hasta al espejo más cercano para verme, mi cabello seguía igual, mitad rojo, mitad blanco, pero mis ojos estaban igual que las piedras lunares cuando brillan, fruncí el ceño con confusión, hasta que baje mi mirada a una muy alegre Zavina.
Recordé las palabras de los lobos cuando apenas empezaba a ser loba, los sosim pueden cambiar algunos aspectos de su físico a voluntad (Básicamente éramos los "Mirrorballs" de la naturaleza), aún que claro, yo jamás pude dominar esa habilidad, de hecho jamás pude hacerlo siquiera.
Entonces... ¿Ella si podía hacerlo? ¿Cómo? Creo que salió a su mamá, en realidad, es mucho mejor que ella, no podía dejar de apreciar su belleza, cuando le sonreí, noté como su cabello volvió a cambiar de color, saltaba de una tonalidad a otra, y parecía que sabía que era lo que estaba haciendo.
Definitivamente, ella sería la nueva alfa, el fruto de una sosim, y su primer amor.
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Holaa, ¿Cómo están? ¿Qué les pareció este capítulo? Cómo vieron en el título, este es el final de todo, a partir de ahora, intentaré solucionar algunas faltas ortografícas del resto de los capítulos, si notan que algunos cambian, solo será por eso.
De verdad fue encantadora está experiencia, jamás había escrito un libro, y me enamoré de ésto, enserio espero que les haya gustado tanto como a mí, muchísimas gracias por leerla.
¡Ya espero ponerme melancólica!
Bay<3
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Mi Primer amor (Wyatt Lykensen)
Fiksi PenggemarIsabella Mills una chica que ama la música y bailar, fan de Taylor swift, es como una hermana para Zoey y Zed, las personas la ven como "la rara del pueblo ", lo que más se destaca de ella es que no intenta encajar, mucho menos con las personas nuev...