¿QUIÉN ANDA AHÍ?
Es de madrugada.
Algo hizo que abriera los ojos repentinamente.
Un escalofrío recorre mi piel y se mueve por todo mi cuerpo.
De pronto escucho unos gritos provenientes del despacho,mezclado con una serie de golpes.Siempre he tenido el temor que un ladrón entre a mi casa cuando no estoy y se lleve en unos cuantos momentos lo que yo he conseguido con años de esfuerzo,por ende puse alarmas en toda la casa.
Ese miedo ahora es mayor porque nunca pensé que algún ladrón pudiera burlar mi sistema de seguridad.Y lo peor,estando yo en casa y ser un obstáculo para sus fines.
El pánico se apodera de mi ser,pero al mismo tiempo,un sentimiento de ira y coraje,por lo que pienso:
-"Si no elimino al intruso,él lo hará conmigo".Me pongo de pie y avanzo hacia la puerta de la habitación.Giro la perilla lentamente,para evitar alertar al delincuente sobre mi presencia pero parece que fue en vano.
Pronto,los sonidos cesan.
Creo que él me escuchó intentando abrir la puerta.Cierro la puerta con llave y me dirijo al clóset,donde guardo una escopeta que me regaló mi padre hace un par de años cuando compré esta casa,añadiendo que al ser una casa grande y lujosa,atraería la ambición de la gente que lo quiere todo fácil.
-"No es para arrebatar vidas,es para salvar la tuya".
Ahora resuenan en mi cabeza esas palabras.Tomo una caja de municiones y cargo mi arma.
No se van a llevar lo que a mí me ha costado tanto esfuerzo y dedicación.Avanzo de nuevo hacia la puerta de la habitación,esta vez sin ningún titubeo y con toda la seguridad que me da mi escopeta.
La abro y bajo las escaleras para dirigirme hacia el despacho,no sin antes asegurarme que todo alrededor está despejado.
De pronto se escucha la detonación de un arma de fuego y me congelo.
En uno de mis movimientos,puedo ver mi reloj.
Son las 3:36 a.m.Quizás no solo es 1 ladrón,sino 2 y ahora que encontraron lo que querían,uno de ellos no está dispuesto a dividir el botín,por lo que la ambición volvió a apoderarse de él y eliminó a su cómplice.
Por un momento me pongo nervioso y lleno de pánico,pero esos sentimientos se van porque recuerdo las palabras que acompañaban el regalo de papá:esta escopeta que ahora es mi garantía de supervivencia.
Para obtener una ventaja a mi favor,opté por dejar todas las luces apagadas.Ahora estoy más firme en mi convicción de defender mi vida y encontrar al intruso antes que él me encuentre a mí.
Estoy a unos cuantos pasos del despacho.
La puerta está entreabierta.-"¡¿QUIÉN ANDA AHÍ?!"
Pregunto con tono amenazante,mientras avanzo con precaución y abro la puerta de una patada,para no retirar las manos de mi arma.
Enciendo el interruptor.No hay rastro de nadie.
Empecé a maldecir y en mi desesperación golpeé el escritorio varias veces con el puño.
No puedo creer que ahora soy una maldita presa en mi propia casa.Salgo de mi ataque de frustración y reacciono,por lo que me apresuro a revisar las demás áreas de la casa.
Pero escucho como si abrieran un cerrojo en la planta de arriba,parece que viene de mi habitación.
¡El delincuente está en mi habitación!De pronto todo queda en silencio de nuevo.
Me regreso a toda prisa al despacho para esperarlo ahí,ya que al asegurarse que no hay nadie en casa,volverá para terminar su cometido,lo que sea que estaba buscando está en ese sitio y regresará por él.
Entro al despacho y me apresuro a esconderme en una esquina.
Para evitar alertar al delincuente que estoy aquí,dejo la puerta entreabierta,como la encontré y apago el interruptor.
Escucho que la puerta de mi habitación vuelve a abrirse y ahora está bajando las escaleras.
Ya viene hacia acá.Un escalofrío ahora más grande se apodera de mí al escuchar que mientras el ladrón se acerca,grita:
-¡¿QUIÉN ANDA AHÍ?!
Eso me pareció un tanto ilógico,porque se supone que el intruso es él.
¿A quién esperaría encontrarse,además de mí?
De pronto abre la puerta de una patada y en la obscuridad solo alcanzo a ver una silueta apuntando un arma hacía mí.
Ahora él me ha encontrado.
Apenas y puedo moverme.
Estoy helado,mientras él está apuntándome con su escopeta.Siento el tiempo ralentizarse.
Veo como de la boca de su escopeta surge una gran bola de fuego que ilumina toda la habitación.
Es ahí donde lo veo.Soy yo mismo disparándome con mi propia escopeta.
Con mi último aliento de vida,miro mi mano.
Mi reloj marca las 3:36 a.m.Ahora,justo en este instante,escucho a alguien bajando por las escaleras...