- Sólo una hora más -
Microrrelato de terrorLa mujer vio entrar a La Muerte en la alcoba y, libre de todo miedo, se interpuso en su camino.
- "¡LÁRGATE DE AQUÍ!, ¡Aún no es su hora!" Le espetó la mujer, blandiendo en su mano un trapo con manchas de sangre.
Tras ella, sobre la cama, yacía un chico de unos 17 años; en su rostro angelical se veía el sufrimiento que estaba padeciendo. Su pelo rubio estaba enmarañado y parecía marchito; los ojos enfebrecidos miraban fijamente al infinito buscando una vía que aplacara su dolor.
La Muerte se detuvo y le enseñó la lista a la mujer; en letras de rojo sangre, allí estaba su nombre, él era el siguiente.
La mujer, cayendo de rodillas y agarrándose a la túnica de la parca, imploró:
¡Por favor, no te lo lleves aún! Dame una hora, sólo una hora más. Necesito despedirme de él como se merece.
Sobre la cama, el muchacho no decía nada, pero de sus labios iba manando un pequeño hilo de sangre que formaba un charco bajo su cabeza mientras la vida se le escapaba.
La Muerte puso uno de sus dedos bajo el mentón de la mujer y la miró a los ojos. Allí vio todo el miedo, toda la frustración, todo el odio y toda la agonía que esta llevaba dentro; quizá por eso decidió darle el tiempo que pedía, o quizá fue porque también vio lo que aquel muchacho que yacía sobre la cama con el cuerpo destrozado le había hecho a la hija de la mujer antes de matarla.
Sea como sea, la mujer dispuso de una hora más para seguir cortando y despedir a aquel monstruo como se merecía.
∞ FIN ∞