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Jennie POV's

Observo el nuevo consultorio de papá con orgullo. Después de pasar dos semanas enteras intentando que el lugar se vea lo más aceptable posible pasando desde cambiar el color de las paredes, limpiar el polvo y sacar las telarañas, incluso, teniendo que deshacernos de varios muebles de antaño muy pesados, logramos un gigantesco cambio en el inmueble.

Recorro con la palma de la mano el nuevo escritorio, observo la pequeña biblioteca y la sala de espera con aquellos sofás individuales y la ovalada mesa de centro con algunas revistas de moda y salud puestas encima.

—Esto está muy bien—Felicito a William con una enorme sonrisa plasmada en el rostro.

—Está más que bien, ¡Quedó impresionante! Y no podría haberlo hecho si no fuera por un mis dos chicas—Su brazo pasa por mis hombros para después apretarme contra el costado de su cuerpo. Mí madre, a su lado, lo toma por la cintura, haciendo entonces que estemos los tres en un cálido abrazo familiar.

—Me siento muy orgullosa de ti William, este es un gran paso para tu carrera.

—Lo sé, y me siento más que listo para conocer a mis nuevos pacientes—Sus ojos, de un color verde intenso, se posan sobre mí por unos segundos—Estoy feliz de que estés aquí con nosotros— En respuesta apoyo mí cabeza sobre su pecho.

Se supone que debería estar preparándome para marcharme hacia la Universidad, pero después de todo lo ocurrido en nuestro viejo hogar, la idea de irme lejos de mi familia me causaba ansiedad y pensamientos que no estoy interesada en volver a tener, aunque si soy sincera aún me esfuerzo por mantener estos a raya.

Mí padre deshace el abrazo y se pone delante de nosotras, un brillo especial aparece en su mirada mientras se dirige a mí con una expresión relajada. El hecho de haber terminado con todos los preparativos del consultorio debe haberle quitado un peso de los hombros.

—Deberías salir y conocer el pueblo, has estado aquí los últimos días ayudando a tú madre y a mí— Mí madre asiente con la cabeza, camina hasta ponerse a su lado y en un intento de controlar su salvaje cabellera la recoje en un moño alto.

—Es importante que salgas de estas cuatro paredes y conozcas más personas, incluso oí que hay una bonita tienda que vende cosas de repostería sobre la avenida—Sus cálidos ojos avellana me miran directo a los míos.

Ruedo los ojos al cielo, ya estoy grande para que estén intentando arreglar mí vida social. Además, me pasé estas dos semanas aquí porque necesitaban unas manos extras durante el proceso de remodelación, no porque fuera una ermitaña. Aunque, no me molesta mucho el hecho de no salir por ahí y hablar con la gente, me genera nervios el sólo pensar que está la posibilidad de tener que entablar una conversación con chicos de mi misma edad.

—Agradezco su preocupación, pero hasta donde sé aún seguimos siendo nuevos por aquí, así que tengo tiempo para salir y recorrer—Cruzo mis brazos sobre mí pecho.

—Daris, intenta convencer a la testaruda de tú hija, por favor—Mí padre la mira esperando a que ella logre algo más que él.

Al instante pongo mala cara. Todo lo que tenía planeado para esta tarde era llegar a la nueva casa, terminar de desempacar algunas de mis cosas y luego cenar una pizza mirando alguna película cliché que estén dando en la televisión.

Mamá me sonríe con dulzura, se acerca hasta donde estoy y me toma con suavidad por los brazos.

—Eres bonita, joven y lo más importante; muy inteligente. Te amo cariño, pero no puedes pasar el resto de tú vida pegada a nosotros— Sus manos ahora suben hasta mis mejillas, las cuales acuna como si fuera una niña de cinco años a quien intenta convencer de dejar a un lado el berrinche.

HEAVEN | Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora