Jennie POV'S
Si me hubieran dicho que Lisa Manobal estaría en mí habitación revisando con bastante curiosidad las cosas que hay sobre mí mesa de noche, diría que me están jugando una broma muy pesada, o que los hongos alucinógenos son peligrosos.
Pero aquí estoy, observando como la chica de más de metro ochenta y cabellera oscura rebelde se entretiene fisgoneando entre mis cosas como una chiquilla de cuatro años.
Después de la cena, mientras los demás tomaban una taza de café y comían una segunda porción de postre, a mamá no se le ocurrió mejor idea que pedirme delante de todos darle un recorrido por la casa a Lisa, y para ser sincera, darle una negativa como respuesta a mamá frente a invitados nunca es buena idea.
La familia Kim se debe mostrar amigable y dispuesta, sin excepciones, sobretodo si hay otros pares de ojos observando. Mantener el apellido en lo alto tiene un precio, y papá se encarga de recordármelo de vez en cuando.
Que estresante.
—¿Eso también lo tienes que tocar?—Frunzo el ceño cuando toma uno de los libros de mí estantería—Mejor dicho, ¿Tienes que tocarlo todo?
Lisa suelta una risa entre dientes antes de dejar el ejemplar de recetas de pastelería nuevamente en su lugar. Se vuelve a mí, y me lanza una mirada burlona antes de caminar hasta la cama y tomar asiento.
—Las paredes son blancas. ¿No te gusta el color?—Cruzo los brazos sobre mí pecho, mientras recargo parte de mí peso sobre la pared a mí lado.
—Aún no tuve tiempo de pintar.—Respondo.
Ella asiente.
—¿Y que te entretiene tanto para que no hayas empezado? Es deprimente.
Arqueo una ceja.
—No seas exagerada, no está tan mal.
Doy un vistazo a mí alrededor, no es para tanto. Estoy de acuerdo con que es algo aburrido, pero vamos, tampoco para decir que deprime. Ella sonríe, triunfante al darse cuenta de que ésta vez tiene parte de la razón.
¿En qué momento pensé que estar alrededor de una pintora arrogante sería buena idea? Bufo.
—Podrías tomarlo como una oportunidad, quizás éste pueda ser tu propio lienzo gigante.
Lisa me mira mientras se saca su saco y lo deja caer por los hombros, lo pone a un lado sobre la cama, y luego en un ágil movimiento arremanga las mangas de la camisa hasta la altura de los codos. Mi vista se pierde en la tinta de sus tatuajes, jamás tuve la oportunidad de ver de cerca cómo es cada uno de ellos, pero me imagino que viniendo de ella deben tener una buena historia.
—Haces eso demasiado, ¿Sabes cosita?—Levanto la mirada, sin comprender del todo que quiere decir—Quedarte viéndome, lo haces a menudo.
Trago saliva, sin saber muy bien como responder a eso.
—Me llama la atención la cantidad de tinta que tienes sobre la piel—Me sincero a la misma vez que con un gesto de hombros intento restarle importancia. Su entrecejo se frunce ligeramente, chasquea la lengua, y hace un corto asentimiento de cabeza antes de volver a hablar.
—¿Te gustan mis tatuajes?
—No lo sé, nunca los vi tan de cerca para saber eso.
Su mirada se oscurece, lo mismo que pasa con el ambiente. Incómoda por la intensidad que se deja ver en sus ojos, busco en mí mente un nuevo tema de conversación que no parezca tan íntimo, porque por alguna razón que desconozco ésto es siente de por demás inapropiado.
ESTÁS LEYENDO
HEAVEN | Jenlisa G!P
RomanceEl pequeño pueblo de Westford, tan tranquilo y pintoresco como las personas que lo habitan, guarda tradiciones y leyendas más inquietantes de lo que uno se podría imaginar. Aunque Jennie es ajena a todo eso a su llegada, con el pasar del tiempo se a...