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Jennie POV's

Proceso sus palabras, tomándome mí tiempo mientras ella espera a por una respuesta.

—¿Cómo una especie de musa?—Siento mis mejillas tornarse rojas, y aún con el tacto de su agarre sobre mí muñeca los latidos de mí corazón no hacen más que ir en aumento.

Ella menea la cabeza, y frunce el ceño, luego chasquea la lengua antes de volver a hablar:

—No, el término musa tiene una connotación romántica, estaríamos hablando sobre pasión o amor que sientes hacía una persona que te permite liberar tú inspiración y hacer lo que quieras con ella—Me guía más profundo por el Templo de Minerva, dejando atrás la escultura tallada a mano pasando ahora de unas obras colgando de la pared y una barra donde sirven alcohol. En ningún momento la clase y la belleza se pierden, el sitio además de ser un lugar claramente artístico esconde intenciones peligrosas, casi seductoras. No nos detenemos hasta llegar a una cortina de tela pesada, dividiendo un sector del otro agarrada desde el techo y cayendo hasta tocar el suelo, es de un rojo color vino, oscura, y en verdad preciosa. Entonces con solo verla sé que es de un material bastante caro, justo como todo lo demás en este lugar.

—Tú eres mí numen—Llama mí atención cuando repite esa extraña palabra otra vez—Sólo inspiración que favorece a mí proceso de creación, nada de sentimientos—Aclara.

Supongo que eso está mejor que ser una musa, apenas nos conocemos y en verdad es una idiota cuando quiere, aunque de cierta forma me decepciona, y en consecuencia me molesto conmigo misma por sentir eso.

La observo con atención cuando de repente suelta su agarre de mí muñeca y con pasos lentos camina hasta ponerse detrás de mí. Siento su presencia tan cerca que me marea, y cuando su aliento mentolado golpea sobre la piel de mí cuello, las alertas se disparan y algo más se enciende con fuerza haciendo que mí vista se nuble debido a la anticipación.

—Significa que nos veremos más de lo que planeamos, aunque no creo que esa idea te disguste demasiado—El tono burlón y engreído que utiliza me saca del trance, y cuando quiero darme la vuelta para enfrentarla sus manos me toman por las caderas dejándome inmóvil. Lisa notó mis intenciones antes de que siquiera pueda llevarlas a cabo—Huh, tienes que ser una buena chica aquí, nada de rabietas—Frunzo el ceño y me muerdo la lengua.

—Suéltame de una maldita vez—Siseo entre dientes. Esto de no verla a la cara me está poniendo nerviosa, sé que tiene esa expresión de niña traviesa y hasta la mierda de creída, pero de todas formas necesito verla para decirle de frente que por mí se puede ir al demonio.

Ella suelta una risa suave, pero al final me suelta.

—Quiero presentarte a una amigoa, vamos.

Vuelve a ponerse a mí lado, y cuando hace el amago de tomarme una vez más de la muñeca, alejo mí brazo antes de que si quiera me roce.

Lisa rueda los ojos, pero decide dejarlo estar y seguir con nuestro camino.

Busca la apertura de la cortina, y al dar con ella la abre sólo lo suficiente para que ambas pasemos, y entonces por algún milagro y gesto totalmente inesperado, deja que pase yo primero. Una vez las dos estamos del otro lado hay dos cosas que llaman mí atención, la primera: Los patrones de color son los mismos con los que me encontré desde que entramos a este especie de club artístico, todo en diferentes tonalidades de rojo oscuro pero a diferencia del otro lado hay detalles en negro, varios espejos, iluminación a base de luces bajas y también varias mesas redondas repartidas por todo el lugar acomodadas de frente a una especie de mini escenario.

La segunda cosa que me sorprendió fue ver una escalera a unos metros más allá al lado de una segunda barra de tragos, que a diferencia de la de la entrada es más pequeña y exclusiva. Le doy nuevamente un vistazo a esos pulidos escalones y por intuición llego a la conclusión de que lo último que quiero saber es qué rayos pasa en el segundo piso.

HEAVEN | Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora