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Jennie POV'S

El departamentos de Jungkook está tan pulcro y cuidado que hasta da pena caminar por el suelo brillante de madera. La decoración minimalista y de colores claros, es lo que más se destaca del lugar.

Las cortinas son de tela delgada, los sillones negros y la gigantesca pantalla plasma son algunas de las tantas pertenecías que más captan mis atención. Todo da un aire sumamente costoso que me tiene cuestionándome cómo es que un chico, quizás de la misma edad de Lisa, vive tan cómodamente.

Apuesto a que no sólo es capaz de abrir una simple memoria.

Una vez los tres estamos en su oficina, remarcando que nuestra presencia es "intrusiva", llegué a la rápida conclusión de que aunque Jungkook tiene algunas semejanzas con la personalidad de Lisa, él es mucho más soberbio y frío, con un nivel que roza el límite a lo pedante.

Por lo que la única razón de que más o menos lo toleré, es por el hermoso y gordito gato que descansa a un costado de su escritorio ronroneando mientras acaricia con suavidad parte de la pantalla y busca la atención de su dueño. Al instante pienso en mi Ava, son muy diferentes, pero ambos preciosos.

—Para empezar nada de lo que ocurra aquí, o mejor dicho, todo lo que involucre mis habilidades y conocimientos, puede salir de éstas cuatro paredes—Se dirige a mi—No sé quién eres y la única razón por la que estoy haciendo esto es porque Lisa me lo ha pedido, o exigido, porque todavía no ha tenido la delicadeza de darme las gracias—Cruza los brazos sobre su pecho, disgustado y algo ofendido. La pelinegra lo mira con cara de pocos amigos. Jungkook suelta un bufido—Un poco de modales no mata a nadie, Lisa—Farfulla—Como sea, ¿Comprendes de qué estoy hablando?—Desliza sus ojos por mi cuerpo, una mueca dibujandose en sus delgados labios.

Cuento mentalmente hasta diez para no mandarlo de paseo.

—Lo hago—Asiento—El pacto de silencio me conviene más a mi que a ti, créeme—Digo pensando en papá y mamá.

Jungkook alza una ceja, estudiándome con minuciosidad. Un sonido ronco y pensativo brota de su garganta, para después rascarse la barbilla.

—Pues entonces no tengo de qué preocuparme—Por un breve segundo, mira de reojo a Lisa—Dime, ¿Qué estoy buscando?—Cuestiona, su voz increíblemente seria mientras está sentado en la silla frente al escritorio y la computadora portátil.

Tanto Lisa como yo estamos a ambos lados de Jungkook, observando con mucha atención y esperando ansiosas porque el molesto cartel exigiendo la contraseña desaparezcan de una vez por todas.

—Cualquier cosa—Me encojo de hombros, consciente de que soy muy vaga.

El chico arquea una ceja absolutamente disconforme con mi respuesta. Suelta un resoplido girando levemente la cabeza para verme a los ojos, muy irritado.

—¿No sabes qué es lo que estás buscando?—Espeta. Aprieto la mandíbula, comenzando a cansarme de su actitud tan reacia. Se vuelve a la chica de los tatuajes—¿A quién diablos me trajiste?

El gesto de Lisa se crispa—Accede a los malditos archivos, Kook. No estamos aquí para hacer amistad, por lo que empieza de una vez a mover esos dedos y teclea la mierda necesaria para abrir la memoria.

Retengo el aliento al sentir la tensión que espesa el aire a nuestro al rededor. Ninguno dispuesto a ceder ni un poco. Al final, ante la respuesta tan directa y sin anestesia que Lisa le da, deja caer un bufido al regresa a la computadora.

—Sólo digo que es un fastidio hacer esto sin la información completa.

—No es de tú incumbencia—Replica.

Jungkook se ríe, amargo y sin gracia.

—Siempre es un placer trabajar contigo—Dice entre dientes—, y por si no te diste cuenta, eso era puto sarcasmo.

HEAVEN | Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora