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Jennie POV's

Las yemas de mis dedos se desplazan por el abdomen de Lisa, aún sumida bajo la admiración de cada uno de sus tatuajes. La siento suspirar con pesadez, su mirada clavada en mi.

Ahora que estoy de pie delante de ella, me siento levemente poderosa cuando su respiración la traiciona a medida que mi toque baja hasta la perfecta V que se le marca y lleva hasta el camino dentro de sus pantalones. Acerco mi rostro a su torso, no dudo al dejar un beso justo en el medio. Lisa se tensa. Su piel es suave, cálida, al instante me doy cuenta que me fascina la sensación del relieve de sus tatuajes debajo de mis labios. Le doy un nuevo beso, la pelinegra gruñe.

—Te gusta jugar, ¿Cierto, Jennie?

Sonrío divertida.

—En eso puede que seamos parecidas—Asiento levemente, chasqueo la lengua cuando la veo fruncir el ceño.

En mis encuentros sexuales casuales y para nada tan placenteros en comparación con si quiera tocar a Lisa de ésta forma tan inocente, jamás tuve la oportunidad de ser quien quería en la cama. No me molesta la idea de que la pelinegra sea dominante, pero también debería dejarle en claro que me da curiosidad poder tomar el control, escucharla gemir y perderse en el placer que con mucho gusto estoy ansiosa por darle. Lisa ladea la cabeza hacía un lado, me observa atenta, quizás hasta con un destello de soberbia.

—Recuerda que después será tú turno.

No retengo la risa suave que se me escapa.

—Oh, lo sé—Me encojo de hombros—Pero ahora se trata de ti—Rozo mi nariz con la línea bien definida de su mandíbula, me embriago con la esencia de su perfume, y cuando menos me doy cuenta humedezco mis labios para dejar besos también a lo largo de esa zona. En puntitas de pie intento llegar al lóbulo de su oreja. La idiota es alta.

—Joder, Jennie—Su voz suena forzada, aprieta los dientes cuando paso mi lengua, yo gimo gustosa. Sus manos, que por ahora se habían mantenido a los costados de su cuerpo, se deslizan por mí cintura hasta caer en mi culo.

—¿Qué quieres, Lisa?

—No te pases, mierda—Sonrío contra ella. Lo está dejando en claro una vez más, Lisa es quien manda aquí.

Ya veremos eso.

Me aparto un poco de Lisa, mis ojos se encuentran con lo suyos. Me muero por besarla y sentir el sabor de su boca otra vez pero por ahora ansio hacer más otra cosa, algo que hasta el momento no he tenido la oportunidad de llevar a cabo. Una sonrisa oscura se dibuja en los labios de la pelinegra, ella sabe en lo que estoy pensando. Maldita y jodida presumida. La ignoro, dejando que mi vista se deslice por sus anchos hombros, siga por su definido y tatuado abdomen hasta el borde de su pantalón. Me siento orgullosa cuando la noto dura sobresaliendo por debajo de la tela, esperando a que haga mi primer movimiento real.

—¿Necesito pedir permiso?—Consulto por debajo de mis pestañas. Ella ríe, negando con arrogancia.

—No mentí cuando dije que era toda tuya—Mi pecho se contrae al escucharla decir esas palabras. Intento apartar de mi mente el peso sentimental que por alguna razón me gustaría que estuviera escondido en ello.

Me recuerdo que todo es sexual.

Siempre.

—Mhm—Asiento. Lentamente la empujo hacía el borde de la cama con ambas de mis manos en su pecho hasta el punto dónde Lisa está sentada y yo aún de pie—Tengo que ser sincera contigo, Lisa—La enfrento.

—Dime—Sus manos están hechas puños, intuyo que se está aguantando las ganas de tomar el control.

—Es mi primera vez haciendo esto, así que tal vez no sea tan buena como esperas—Mis mejillas se calientan, pero eso no me detiene a mantener el mentón en alto y el orgullo intacto. La expresión en su rostro se relaja, tanto que creo ver una pequeña sonrisa bailando en sus labios. Me contempla por lo que parece una eternidad.

HEAVEN | Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora