Capitulo 9

365 40 0
                                    

Los carruajes atravesaron las verjas flanqueadas por estatuas de cerdos alados y luego avanzaron por el ancho camino, balanceándose peligrosamente bajo lo que empezaba a convertirse en un temporal. Pegando la cara a la ventanilla, Gia podía ver cada vez más próximo el castillo de Hogwarts, con sus numerosos ventanales iluminados reluciendo borrosamente tras la cortina de lluvia. Los rayos cruzaban el cielo cuando su carruaje se detuvo ante la gran puerta principal de roble, que se alzaba al final de una breve escalinata de piedra. Los que ocupaban los carruajes de delante corrían ya subiendo los escalones para entrar en el castillo. También Gia, Ron, Hermione y Neville saltaron del carruaje y subieron la escalinata a toda prisa, y sólo levantaron la vista cuando se hallaron a cubierto en el interior del cavernoso vestíbulo alumbrado con antorchas y ante la majestuosa escalinata de mármol.

Gia, Ron y Hermione cruzaron el vestíbulo entre resbalones y atravesaron la puerta doble de la derecha. Ron murmuraba entre dientes y se apartaba el pelo empapado de la cara.

El Gran Comedor, decorado para el banquete de comienzo de curso, tenía un aspecto tan espléndido como de costumbre, y el ambiente era mucho más cálido que en el vestíbulo. A la luz de cientos y cientos de velas que flotaban en el aire sobre las mesas, brillaban las copas y los platos de oro. Las cuatro largas mesas pertenecientes a las casas estaban abarrotadas de alumnos que charlaban. Al fondo del comedor, los profesores se hallaban sentados a lo largo de uno de los lados de la quinta mesa, de cara a sus alumnos.

- Buenas noches - dijo Nick casi Decapitado, sonriéndoles.

- ¡Bueno, mas o menos! - dijo Gia, quitándose una de las botas y vaciándola de agua -. Espero que la ceremonia vaya volando, porque me muero de hambre.

En aquel momento, una voz entrecortada y muy excitada la llamó:

- ¡Eh, Gia!

Era Colin, un alumno de tercero que jugaba al póker con ella los sábados y a quien tenía por una heroína.

- Hola, Colin - le saludo, escurriéndose el cabello.

- Gia, ¿a que no sabes que? ¡Mi hermano empieza este año! ¡Mi hermano Dennis!

- Oh, vaya - dijo - eso es genial.

- ¡Esta muy nervioso! - explicó - ¡Espero que le toque Gryffindor! Cruza los dedos, ¿eh? ¡Y nos vemos el sábado!

- Claro - dijo con una sonrisa - Los hermanos generalmente van a la misma casa, ¿no? - comentó, pensando en los Weasley.

- No, mira Padma Patil, la hermana de Parvati - Gia asintió, recordando - Esta en Ravenclaw, y son idénticas. Uno pensaría que tenían que estar juntas, ¿no?

- Es verdad, no había caído - respondió -. Y mas los gemelos. Una cosa rara.

Gia se puso a mirar a la mesa de los profesores, y vio que había tres sillas vacías, las de McGonagall que estaba en el vestíbulo y la de Hagrid.

- ¿Dónde está el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras? - preguntó Hermione, mirando también a la mesa.

Ambas recorrieron la mesa.

- A lo mejor no han podido encontrar a nadie - dijo.

Gia recorrió la mesa. El pequeño profesor Flitwick, que impartía la clase de Encantamientos, estaba sentado sobre un montón de cojines al lado de la profesora Sprout, que daba Herbología y que en aquellos momentos llevaba el sombrero ladeado sobre el lacio pelo gris. Hablaba con la profesora Sinistra, del departamento de Astronomía. Al otro lado de la profesora Sinistra estaba Snape, el profesor de Pociones, con quien Gia tenía una relación bastante extraña. Y supuso que ese año no iban a mejorar, dado que el año pasado había ayudado a Sirius a escapar en sus narices, pese a que había sido él quien había confeccionado sus pulseras que controlaban sus estallidos de magia. Una silla mas allá, estaba Dumbledore, el director y su padrino, que miraba al techo. Al sentirse observado, bajó la vista y le sonrió.

Soulmates IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora