Capitulo 11

421 41 9
                                        

Draco y Gia repitieron las quedadas en la torre de Astronomía los siguientes días. Hasta Malfoy, que tenía a Snape en muy alta estima, admitía que el profesor de Pociones estaba mas malhumorado de lo habitual.

- ¿Puedes culparlo, Potter? Es el cuarto año que se le escapa el puesto de Defensa - le dijo Draco el miércoles por la noche, mientras compartían una cerveza muggle - ¿Y dices que esto es cerveza muggle?

- Aja - asintió ella, dando un sorbo. Malfoy soltó un gruñido y dio otro sorbo.

- Lo admito, esta buena. Mejor que la de mantequilla. Lo raro es lo que de que este fría.

- De todas formas, lo de Snape va mas allá del puesto de Defensa - Malfoy la miró sin entender -. Venga, eres listo - Malfoy se sonrojó -. Y tu le conoces mas. También te has dado cuenta.

- ¿Acabas de admitir que soy listo, Potter? - Gia se sonrojó también.

- Si se lo dices a alguien, me colaré en tu cuarto mientras duermes y te ahorcaré con un cordón de zapatos - Malfoy se espantó.

- Maldita sea, Potter, qué mala leche tienes - protestó -. A veces pareces Slytherin.

- Gracias - dijo complacida, fingiendo una reverencia.

- Si, claro que me he dado cuenta - añadió -. Le tiene miedo.

- Tenemos que tener cuidado - le dijo Gia -. No dudo que te tiene vigilado mas de lo que piensas. No debe saber... - él asintió sin mirarla, ocultando un escalofrío de recordar la transfiguración en hurón.

El jueves por la tarde, los de Gryffindor tenían tantas ganas de asistir a la primera clase de Moody que, después de comer, llegaron muy temprano e hicieron cola a la puerta del aula cuando la campana aún no había sonado. La única que faltaba era Hermione, que apareció puntual.

- Vengo de la...

- ...biblioteca - adivinó Ron.

- Para variar - le apoyó Gia.

- Daos prisa o nos quedaremos con los peores asientos.

Los tres se apresuraron a ocupar tres sillas delante de la mesa del profesor. Sacaron sus ejemplares de Las fuerzas oscuras: una guía para la autoprotección, y aguardaron en un silencio poco habitual. No tardaron en oír el peculiar sonido sordo y seco de los pasos de Moody provenientes del corredor antes de que entrara en el aula, tan extraño y aterrorizador como siempre.

- Ya podéis guardar los libros - gruñó, caminando ruidosamente hacia la mesa y sentándose tras ella -. No los necesitaréis para nada.

Moody sacó una lista, sacudió la cabeza para apartarse el pelo gris y comenzó a pronunciar los nombres, recorriendo la lista con su ojo normal mientras el ojo mágico giraba para fijarse en cada estudiante conforme respondía a su nombre.

- Bien - dijo cuando el último hubo contestado "presente" -. He recibido carta del profesor Lupin a propósito de esta clase. Parece que sois bastante diestros en enfrentamientos con criaturas tenebrosas. Habéis estudiado los boggarts, los gorros rojos, los hinkypunks, los grindylows, los kappas y los hombres lobo, ¿no es eso?

Hubo un murmullo de asentimiento.

- Pero estáis atrasados, muy atrasados, en lo que se refiere a enfrentaros a maldiciones - prosiguió -. Así que he venido a prepararos contra lo que unos magos pueden hacerles a otros. Dispongo de un curso para enseñaros a tratar con las mal...

Soulmates IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora