Capítulo 17

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Gia estaba hecha un ovillo cuando Hermione la levantó por la mañana. Arrugó la frente cuando vio sus ojos hinchados.

- Ronald - Gia asintió y se levantó. Se vistió rápidamente y juntas bajaron a desayunar, junto con Ginny, mientras Gia les explicaba, obviando la parte de Sirius, que había discutido con él la noche anterior.

- No llores por él, Gi. No merece la pena - la consoló Ginny.

Cuando su amiga terminó sus gachas de avena, las dos salieron a los jardines a dar un paseo. En la puerta se encontraron con Ron, quien le lanzó a Gia una mirada apenada. Gia le miró con desprecio que había aprendido de Malfoy, y salió con la cabeza bien alta.

- Gi... - le oyó murmurar, pero Gia pasó de largo, mirando hacia el frente. Hermione la siguió.

- Te echaría la bronca, pero tenemos asuntos mas importantes que atender - comentó su amiga. Dieron tres vueltas al lago, pensando cuál sería el encantamiento que sugiere Sirius, pero como no se les ocurría nada, fueron a la biblioteca, cogiendo todo lo que veían sobre dragones.

- "Embrujos para cortarles las uñas... Como curar la podredumbre de las escamas...", pero yo no soy Hagrid, no quiero cuidarlos.

- "Es extremadamente difícil matar a un dragón, debido a la antigua magia que imbuye su gruesa piel, solo los encantamientos mas fuertes pueden penetrar su piel" - leyó Hermione -. ¡Pero Sirius dijo que era muy fácil!

- Igual esa es la clave, Herms.

Volvieron a la mesa con una pila nueva de libros, mientras cuchicheaban entre sí.

- ¡Oh, no!, aquí vuelve. ¿Por qué no puede leer en su barquito? - dijo Hermione irritada cuando Viktor Krum entró con su andar desgarbado, les dirigió una hosca mirada y se sentó en un distante rincón con una pila de libros -. Vamos, Gi, volvamos a la sala común... El club de fans llegará dentro de un momento y no pararán de cotorrear...

Y, efectivamente, en el momento en que salían de la biblioteca, entraba de puntillas un ruidoso grupo de chicas, una de ellas con una bufanda de Bulgaria atada a la cintura. Gia y Hermione se miraron.



- ¿Y si vuelvo a Privet Drive? - le sugirió a Malfoy el domingo por la noche. Después de semanas, ambos habían vuelto a reunirse en la torre de Astronomía.

- ¿De verdad prefieres volver con los muggles antes que enfrentarte a un dragón? ¿Tú? - dijo con sorna.

- Touché - admitió -. No había pensado en que tendría que volver a ver a los Dursley.

- ¿Cómo son? - preguntó con interés.

- Es demasiado pronto para que te cuente sobre ellos - respondió.

El lunes por la mañana, mientras meditaba sobre su bol de yogur, Gia pensó que Malfoy tenía razón: cualquier cosa sería mas agradable que volver a Privet Drive con Dudley. Antes de que terminara, alguien le tocó el hombro. Gia se giró y vio que era Diggory. Ron alzó la vista al lado de su hermano Fred, quien le dio un codazo.

- Gi, ¿podemos hablar un momento? - la chica asintió y se levantó del banco.

- Date prisa Gi, o llegarás tarde a Herbología - le recordó Hermione. Gia asintió y salió con Cedric del Gran Comedor.

- Tú dirás - Gia se sorprendió al notar que su voz sonaba mas fría de lo que ella habría querido.

- He estado pensando en las últimas semanas, Gi y la verdad... - Cedric suspiró -. Cho me ha echado una buena bronca por dudar de ti, pero por un momento... Lo admito, creí que habías sido tú quien había puesto tu nombre en el cáliz. Realmente llegué a pensar que realmente querías opacarme.

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