Capítulo 12

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---------- ADVERTENCIA: éste capitulo contiene una pequeña escena de sexo, aunque no es explícito-------

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Gia se levantó temprano por la mañana y se dirigió a la torre de Astronomía, esperando que fuese uno de los puntos donde menos acumulación de magia había. Miró a todos lados y dejó unas cuantas cervezas bien escondidas con un hechizo de refrigeración constante que había descubierto de la mano del señor Weasley durante los Mundiales y, asegurándose de nuevo que estaba a solas, llamó a Sirius. Tras cinco llamadas, al fin, consiguió que se lo cogiera.

- No insistas, pajarito. Estoy de camino - repitió.

- Sir, escúchame. No es necesario que vengas. Tu mismo lo dijiste: Dumbledore ha sacado a Moody de retiro, y aunque no soy fan... bueno, también tengo a Dumbledore. No necesito...

- Y yo te aseguro que los dementores no van ni a oler mi alma - repitió -. Tranquilízate, Gianna. Respira. Y ahora, vete a desayunar - le ordenó con dulzura, colgando. Gia suspiró y se recostó unos instantes contra el muro.

"Supongo que no hay nada que yo pueda hacer", pensó. "Salvo mantener la calma y seguir adelante... a fin de cuentas, nadie le ha encontrado aún... quiero creer que así será".

- Es Sirius, Gia - le murmuró Ron cuando se sentó en la mesa de Gryffindor a desayunar y les contó a sus dos amigos la conversación -. Tú céntrate en los dos exámenes que tienes hoy.

- No seas insensible, Ron - le recriminó Hermione -. Sirius podría correr un grave peligro y...

- Y sabe cuidarse mejor que nosotros tres juntos - le recordó -. Hacedme caso. Sirius es un superviviente. Sabe lo que hace.

Gia asintió, poco convencida, y trató de concentrarse durante todo el día en los dos exámenes que tenía, pero le fue muy complicado. Aun así, a las ocho, cuando salió del de Runas, parecía bastante contenta y satisfecha de sí misma. Tanto que se atrevió incluso a guiñarle un ojo a Malfoy desde lo lejos, haciéndole sonrojar.

- ¿Nos vemos esta noche en la partida? - le preguntó Blaise antes de entrar a la cena

- Por supuesto, sabes que no me lo perdería. ¿Y la fiesta de mañana? - Blaise asintió

- Últimamente no nos vemos, Potter. Estas igual de escurridiza que Malfoy, y tengo muchas cosas que contarte. Esta noche hablamos - dijo, guiñándole un ojo.

- Qué será lo que tienes tú que contarme... - dijo, negando con la cabeza con una sonrisa. Él se giró a mirarla mientras sonreía con malicia.

Las partidas de póker era una de esas cosas que Gia más había echado de menos durante el verano en Privet Drive, pese a que habían sido unas buenas vacaciones. Echaba de menos el ambiente, las risas entre jugadas, los faroles que se marcaban y pillarlos... Conocer a gente de otras casas...

Ese año eran mas o menos los mismos de siempre: Ernie Macmillan y Justin Finch-Fitnley de Hufflepuff con Hannah Abbott como incorporación estelar. Para su sorpresa, Cedric no estaba. Theodore Nott, Draco Malfoy, Blaise Zabini y Daphne Greengrass como los de Slytherin, con la incorporación de Astoria, la hermana pequeña de Daphne. Draco le dedicó una mirada de desdén que hizo que Gia rodase los ojos, ignorándolo. Cho Chang y un par de séptimo de Ravenclaw; y Hermione, Dean Thomas, Fred y George Weasley y Colin Creevey, además de ella, como los únicos Gryffindor. Ron se había abstenido de ir.

- Soy malísimo al póker, tías. Y tengo un montón de deberes que hacer.

- Un viernes por la noche haciendo deberes - replicó Gia -. No seas triste, Ronald. Ponte algo y ven con nosotras.

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