Maldita sea, Potter. Eres lo peor, me das una envidia que te cagas. Pero no te preocupes, sin ti y con Christine de vacaciones... ¿que se me ha perdido por Vauxhall? Que nos eche en falta hasta el año que viene. Te veo en el expreso
B.
Blaise le respondió casi a la mañana siguiente, mientras terminaba de arreglar sus cosas. Tampoco es que le llevase mucho esfuerzo: Gia era tan maniática que absolutamente todo estaba en orden, por lo que encontrar sus cosas del colegio no le suponía mucho esfuerzo. Era incluso mas maniática que su tía Petunia, si es que aquello era humana y mágicamente posible.
- Espero que les hayas dicho que se vistan adecuadamente - gruñó tío Vernon - He visto como van. Deberían tener la decencia de ponerse ropa normal.
- Y yo espero que independientemente de si se ponen un traje de Armani o un saco de patatas, hagas uso de esa educación tan buena que dices que te dieron en Smeltings y te comportes con respeto - le espetó Gia -. Ya estoy cansada de ver como tratas a los magos. Eres peor que los sangre limpia de Slytherin.
- ¿Sangre limpia? ¿Slytherin? - preguntó desconcertado.
- No me voy a molestar en explicártelo. Solo te diré que por esas ideas, pero contra gente de tu clase, no tengo padres y vivo con vosotros - soltó - así que espero que cuando vengan os comportéis con el debido respeto. Además, no sé de qué te quejas. Te libras de mi, ¿no? Tu momento favorito del año.
Tío Vernon no respondió y Gia miró a su primo Dudley, quien observaba el cruce de reproches como si se hubiese hecho mas pequeñito. No podía culparlo, incluso se compadecía: la última vez que se había encontrado con un mago, había acabado en un hospital privado de Londres con una cola de cerdo, para que se la extirparan.
La comida (queso fresco y apio rallado, por la que Gia pensó que estaba deseando llegar a La Madriguera) transcurrió casi en total silencio. Dudley ni siquiera protestó, y tía Petunia no probó bocado, chasqueando la lengua como si aguantara las ganas de soltarle una reprimenda.
- Vendrán en coche, espero - dijo a voces tío Vernon.
- Sinceramente espero que vengan en escoba, para que te calles - murmuró Gia en voz baja - Supongo - respondió. Supo que se estaba absteniendo de preguntar marca del automóvil para juzgarlo, y pensó que ni aunque hubiesen conducido un Lamborghini les habría gustado.
"Me pregunto qué pensaría si..." Gia sacudió la cabeza con disimulo. "Habíamos quedado en que no pensaríamos en cierto rubio, Gianna"
"No lo puedo evitar. Esta gente me saca de mis casillas. Cualquier cosa me vale con tal de soportarlo"
Incapaz de aguantar la tensión en el salón, Gia fue a sentarse en la escalera, con los ojos fijos en el reloj y el corazón latiendo muy deprisa. Pero llegaron las cinco en punto... y pasaron. Tío Vernon, sudando ligeramente dentro de su traje, abrió la puerta de la calle, escudriñó a un lado y a otro, y volvió a meter la cabeza en la casa.
- ¡Se retrasan! - le gruñó a Gia.
- Vaya hombre, no me digas. Resulta que con una media de sobresaliente no se leer la hora - protestó - ya se que se retrasan. Habrá tráfico, ¿a mi qué me cuentas?
Las cinco y diez... las cinco y cuarto... Gia ya empezaba a preocuparse. A las cinco y media oyó a tío Vernon y a tía Petunia rezongando en la sala de estar.
- Qué poca educación. Podríamos haber tenido un compromiso. - oía desde el recibidor.
- ¿Cuál? - murmuró Gia desde la entrada - Si no os aguanta ni dios.
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Soulmates IV
FanficTras otro abominable verano con los Dursley, Gia se dispone a iniciar el cuarto curso en Hogwarts, la famosa escuela de magia y hechicería. A sus catorce años, a Gia le gustaría ser una joven bruja como los demás... Un momento... ¿Gia? Esta es la hi...