cap 29

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Dolor......

Es la sensación más insana de todas, vivir con el recuerdo de lo que una vez fuiste....

No mostrar debilidad..........

Vivir.........

El cielo gris se extiende sobre el cementerio como un manto de melancolía, desdibujando los contornos de las lápidas y las siluetas de los árboles.

Las nubes pesadas y sombrías parecen arrastrarse con parsimonia, esparciendo una luz opaca que acentúa la sensación de tranquilidad y silencio.

El aire denso y fresco susurra entre las hojas mustias de los árboles, como si el propio lugar guardara un secreto que se niega a revelar.

A medida que uno avanza por los senderos empedrados, el crujir de las hojas secas bajo los pies se mezcla con el susurro de las hojas, creando una sinfonía tenue y melancólica.

El aire está impregnado con un aroma de humedad y tierra, evocando la sensación de que el tiempo se ha detenido en este lugar, como si estuviera suspendido entre el mundo de los vivos y el reino de los espíritus.

Las lápidas, erguidas como testigos silenciosos, se alinean en hileras ordenadas, algunas cubiertas de musgo o ennegrecidas por el paso de los años.

Algunas lucen adornos marchitos, velas derretidas o ramos de flores evaporados por el inevitable transcurrir del tiempo.

La quietud del lugar se ve interrumpida por el tintineo de las campanillas de metal que cuelgan de las tumbas, agitadas por el viento de manera caprichosa.

Un silencio profundo se cierne sobre el cementerio, interrumpido solo por el ocasional graznido de un cuervo o el susurro lejano de la brisa.

Las estatuas de mármol blanco o gris, con sus rostros serenos o melancólicos, parecen observar imperturbables el paso de los visitantes, extendiendo una invitación silenciosa a reflexionar sobre la efímera naturaleza de la existencia.

Entre los árboles desnudos, las sepulturas se ocultan como tesoros olvidados, cada una guardando una historia única, un legado elocuente del tiempo que ya ha pasado.

Mientras que los campos de hierba se mecen con suavidad como en un abrazo calmado, como si la tierra misma consolara a aquellos que yacen bajo su cuidado.

En el fondo, el cielo plomizo parece extenderse hasta la eternidad, envuelto en una atmósfera de quietud y serenidad que infunde comprensión y respeto.

Y así, en la penumbra de la tarde nublada, el cementerio se convierte en un recordatorio solemne de que la vida y la muerte, la luz y la sombra, coexisten en un delicado equilibrio en el que todos, en última instancia, compartimos un destino común.

El viento helado de octubre me recibe, siento miedo, tristeza, paz, ira. Siento como evoco una y otra vez mi propio infierno.

Recibo todo el frío de la mañana, pero no me importa, Hoy no!!

Observó a mi alrededor por horas , la última vez que vine, el lugar se mantenía lleno de vida sólo por ella..... Pero siento una extra sensación, una que me duele, una insoportable que no me deja vivir en paz con su recuerdo.

-Estaré bien peque - susurraba para mí - Estaré en paz, dile a mamá que no llore por mí, dale a papá muchos besos por mí - las lágrimas se desbordaban en sus ojos - Quiero que te portes bien y le demuestres a los chicos que a pesar de ser mujer , eres una Di Marcos.

El pecho se me encoge con el terrible tormento de escuchar esas palabras una y otra vez, siento su presencia detrás de mí.

- No llores, yo te cuidare mi amore - decía cada noche, a pesar de sus golpes, siempre terminaba en la jaula conmigo.

Besos En Sangre [+18] Libro#1 Saga Dominante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora